Adobe-Poesía de los sueños

MARINERO DE TIERRA ADENTRO

Cientos de historias oídas al calor de un vaso de vino en la casa de Juan “el Nano”, de Nicolás “Garrucha”, de José “el Nene”, de Pedro “el de Pepa”…………. Historias vividas en medio de la mar; historias vividas con la mar en calma y, en muchas ocasiones, con la mar cabreada o con un verdadero temporal como la que me contó Pepe el hijo de Pedro “el de Pepa”; aún, hoy, después de 25 años, me estremezco recordando su relato. Pedro era patrón de papeles de un barco de hierro, como se conocía a los barcos pesqueros de gran calado y, como patrón de “papeles”, su misión era llevar el barco desde puerto a la zona de pesca y, una vez finalizado el turno, conducirlo de nuevo a puerto; lo de patrón de “papeles” es porque tiene la titulación requerida para tripular el barco, a diferencia del patrón de “pesca” que se encarga de las faenas de pesca propiamente dichas y no precisa titulación; es el entendido en pesca y el que marca el caladero en el que hay que faenar.

temporal el cruzar el Estrecho; un temporal como ese nunca lo había sufrido, las olas cruzaban el barco de proa a popa por encima del puente de mando; la tripulación, cobijada en las bodegas, lloraba y pedía a Dios que amainase y él, junto a su segundo, solos en el puente de mando intentando mantener el rumbo del barco, a mínima marcha, de proa a la mar dejándose mecer por el oleaje y con el temor de un cambio del viento que pusiese el barco de costado a las olas y lo echase a fondo sin remisión. No recuerdo las horas que me dijo que estuvieron en esa situación esperando que amainase la tormenta y pudieran salvarse, ya que, los barcos que recibieron el s.o.s. no podían hacer nada salvo esperar por si había una desgracia, socorrer a los supervivientes. Y sucedió que, al doblar un cabo (no recuerdo el nombre), la mar era un plato; de golpe no había ni una ola, todo en calma……….estaban salvados. Siempre he entendido que algún marinero, cuando llega a tierra, se emborrache.

Pues bien, me contaba que en uno de los turnos, cuando regresaba a puerto, les sorprendió un

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