Poesía de los sueños
CUERPO PRESENTE
cuyos vuelos no levantaban, hipnotizadas con la presencia de mi madre; entonces quise ahuyentarlas para evitar la gran masacre y, desperté en seco, pero no podía incorporarme de la cama, una gran fuerza me lo impedía… Así durante varios minutos. Ya levantado me dirigí a la habitación de mi madre...Alguien susurró: acaba de expirar… Ha dado su aliento. Me pregunté: ¿Qué has hecho? ¿Ha sido tu último abrazo? Pasaron los años. Un día abrieron el nicho para juntar los restos de ella con los de mi padre… aún conservaba su esqueleto en forma de abrazo. Fue una circunstancia que aprecié y, tal vez otros no apreciaron.
Allá la vida a la muerte precisa,
como hoja de otoño caducando,
ya nada que hacer, ya no hay prisa…
Ni oír los ríos ni en la vela murmurando.
Si acaso la imagen que se divisa,
de cercanos a tu lado llorando,
para verte después de larga misa:
fría, sola, sobre nicho reposando.
Cuando tu huella se posa en mi mente,
dibujo tu perfil en el espejo,
de aquella diáfana agua de la fuente.
POEMA
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