Ventanas al Paraíso
Mis primeros poemas
ni de pudor, ni de ley que encadena.
A veces se destierra en vagabundo, por el rigor de costumbre serena, no es de bien, el que priva de un segundo, el color y el perfume de azucena. Donde hay amor, hay verdad, hay sonrisa, hay gana de vivir que se contagia, al penetrar en fría alma, tan remisa.
Mea culpa, golpe a golpe en la misa y ávida de fe en la divina magia, aún no palpa el amor que se divisa.
Quién se ama, no comparte lo que siente. ¡Mirad como el mar esparce su brisa! y el campo su bondad, por la simiente. ¿Quién siembra cálido amor en la gente, que agradece de gozo con su risa y reparte su pasión más valiente.?
Amor
Ese poder tan noble y tan profundo, que ni el vigor de la razón refrena, no entiende de la ciencia de este mundo,
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