Ventanas al Paraíso
Homenajes
A Pepe
Aquel gorrión maltés de mi noguera, que adivinó el dolor en tu semblante, quiso hacer la corte con su cante, cuando lloraban tu muerte severa. ¿A dónde fue esa vida placentera del comer y del beber a lo Dante...?, de por sí, tan bonachón, tan galante, con su alma, con su mesa por bandera. ¡No hagáis caso a contienda dominante! que a veces abolió a su compañera; ¡ahora!,¡cuán bello el amor radiante!, cuando se entrega hasta el último instante, como el gorrión maltés de mi noguera, al compás de algún vapor navegante.
Termino este capítulo con un homenaje a mi amigo Pepe Ramírez, que en paz descanse, quizás el mejor de los que ha tenido. Un día antes de su muerte, escuchamos los dos un gorrión maltés bajo la noguera de mi cortijo en Torres. El día de su entierro, se escuchó el mismo canto en el cementerio… ¡qué casualidad!
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