Siguiendo huellas 1

ESTANCIA A LA PLAZA NAVONA

Plaza Navona, caudal de historia; cuatro torrentes nacen de leyenda: El Nilo de Moisés, lleva a la Gloria, el Ganges, cementerio de ilusiones, Danubio, entre bosques marca su senda, Río de la Plata, ancho en su trayectoria, dando vida a la plaza... A veces desbordados, a juegos desatados, salpicando nostalgias en la gente, de toda América, Europa, Asia… Oriente, entre deleite de pasta italiana… Sabor, diente con diente. Romano, capa, y un turista a su diana. Aquí martirio a Santa Inés cristiana, sobre su cuerpo a injuria y sin prebenda, nace pelo sobre seno y manzana, milagro de un dios cubriendo pureza, de ojo y mano zanjando la contienda… Así anhelo y ente viril, pierde gana; y Santa odie a Neptuno;

vecino de su iglesia… El suyo sufre amnesia, como Neptuno superando mares,

en caballo blanco hacia a los altares, dejando a sus fieles en desamparo; pues dioses son pesares, si esconden belleza y amor con descaro.

Amar a Dios, sin saber que tanto amas,

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