Siguiendo huellas 1

UN PARAÍSO IGUAL PARA TODOS

¿Dónde gloria?, si de infierno eres presa, desde vientre y luz en ojos tempranos, de llaga y sudor se curten tus manos, con vano aprecio o sonrisa al despertar. Sin migaja de pan tu boca pruebe; has de correr, callar y lanzar flecha, y de argucia y azar, quizás abrir brecha, en pieza a sostén, para otro día soñar. Tú que sufres en los feroces mares; tu aliento que de un hilo se sostiene; dime pues, si tanto trance conviene, por una vida cambiando su color, del verde opresor estado africano, a manta, asfalto y huir de lado a lado, si del nuevo mundo eres convidado, a la apatía de un cristiano sin pudor. Heidelberg y Baden…Grandes placeres… Bella la vida, descubre su gloria, en otra selva negra, gran historia. Vuelven vista silenciando tu ofrecer, como si negra moscarda pasara… Labio al vaso y manjar entre buen diente, de un paladar usual que apenas siente, delicias de mar y tierra que comer. Aquende tu infierno, aquende tu gloria, ese deambular antes escrito, sin morir y surcar cielo infinito, quien de brillante y traje blanco al posar,

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