Siguiendo huellas 1

RONDA TORRES

Por una vereda entre nogueras y cerezos, voy dejando atrás la bella estampa de Torres, bajo el Cerro La Vieja, y sin darme cuenta, retornan a mi presencia, aquellos anhelos de mi juventud donde el tiempo y la naturaleza eran eco de una vida placentera, siempre con ánimo a descubrir nuevos alicientes, no imponiendo gravedad al esfuerzo, ahora que a cada paso inclino mi vista al camino, y lo denuncio como el verdugo de mi transitar… Aunque callo y pienso al contemplar las enhiestas "Cimbras", presentes a tantos años de tristezas y alegrías en este pueblo siempre presto a la agricultura, a pesar de sus quebradas laderas, como pueden ser Las Zorreras… Zorreras debieran tener, esos jornaleros en el día de su patrón, después de una sartenada de arroz y abundante cerveza, para abordar al día siguiente con sus arados las verticales lomas de olivar. Entonces… ¿En qué estadio estoy? Ahora puedo saborear el tiempo, sigo gastando cuerpo con más calidad que exceso; cuando sexo aun me place, sin tanto ánimo ni ardor en beso; pero si complejo, de no ser galán atrevido para flirtear con bella y carnal figura de una fogosa quinceañera, y si tomo cuatro copas de vino, a la mañana siguiente, la muerte adivino, cuando desorbita mi corazón en su latir.

Pues aquí me quedo, sobre el puente de Vandelvira, tirando mis recuerdos al río Gil Moreno, deseando

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