Siguiendo huellas 1

LOS MÁRTIRES SON VERDUGOS

Patria, bandera, el odio se despliega, a raza que no alcanza al bien dotado, y fuerza altiva en tribuna congrega, al Führer en descuello desatado, con el séquito que a su voz se entrega, de ingenuos diablos que no hacen calado, si uno a uno camina por senda ciega, al no hallar timón que venza al pecado, y ahora la grada se cubre de hierba, y de tiempo que cubre mala historia, porque Alemania ya no la conserva, en ánimo donde vergüenza asiente, en seres donde abunda la memoria, para nunca holocausto hacia la gente. Nace la vida que antes fue segada, en pueblo de ese Dios acostumbrado, a ver caídos, hoy esbirros de intifada, y muere niño por gas atrapado, en esa árida tierra no pactada, donde Cristo amó para ser amado… ¿Cuándo se hallará la tierra soñada?, si la hiel es plaga del mundo sangrado, si el rencor siempre busca su victoria, de ese ego que casi nunca perdona; aunque sin amar, merece la gloria,

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