ESPECIAL 90 ANIVERSARIO ABC SEVILLA 12-10-2019

ANTONIO MAIRENA Cantaor La llave del cante

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ABCdesevilla.es 12 octubre 2019

HEMEROTECA ABC

Sesenta y cinco personas heridas, tres de ellas de gravedad, ha sido el balance de un accidente a quinientos metros de la estación de Brenes al chocar un tren ómnibus con un convoy militar 1983 3 DICIEMBRE

PLANTÓ, COMO CUATRO COLUMNAS, LOS CIMIENTOS DEL FLAMENCO PURO QUE HABÍA ESCUDRIÑADO DE PUEBLO EN PUEBLO

POR FRANCISCO ROBLES

D ICEN que le darle la Llave de Oro del Cante que no sostuvieron Chacón ni La Niña de los Peines. Sostienen sus críticos que el libro que escribió con Ricardo Molina es un alegato para defender su forma de entender el flamenco, al que llamaba cante gitano-andaluz. Irrita a muchos flamencos la actitud de los mairenis- tas que no ven más allá de la obra de su maestro. Todo eso es cierto. Pero también hay que organizaron un concurso en Córdoba para reseñar que Antonio Cruz García, en los carteles Antonio Mairena, ha sido una de las grandes figuras del flamenco de todos los tiempos, y que su labor para dignificar a los artistas de este género marcó una época que aún perdura. Antonio Mairena se inició como cantaor para el baile, y

VIDAS DE PAPEL

aprovechó la magnífi- ca oportunidad que le brindó Antonio, el inmortal bailaor sevillano, para fijarse como cantaor profesional. Ahí aprendió los rudimentos del compás. No conforme con eso, buceó en la tradición y recorrió los pueblos perdidos donde

Antonio Mairena, en una imagen de promoción de los años en que su

ABC

aureola era inapelable

años 60 a través de una nueva puesta en escena: los festivales. De las fiestas privadas organizadas y pagadas por los señoritos, a los escenarios al aire libre de los pueblos durante las interminables noches que terminaban al alba. Mairena ha dejado un sello, un estilo, una forma de entender el cante que tiene, como todo en el arte, sus seguidores y sus detractores. Con la llegada de la autonomía le cupo el honor de inaugurar la lista de los hijos predilectos de Andalucía. Murió al poco tiempo, en 1983, y su entierro fue un acontecimiento donde no faltaron los honores de la nueva administración andaluza. Su legado es una obra enciclopédica de la que han bebido y siguen bebiendo los cantaores que no son necesariamente tan puristas como sus seguidores más fieles, como es el caso de Lebrija- no. Escucharlo por soleá con la guitarra de Melchor de Marchena es hundirse en el flamenco más clásico, el que no conoce la carcoma del tiempo.

subsistían cantes antiguos en la memoria de los gitanos que habitaban chozas y cuevas, y que mantenían ese fuego sagrado que Mairena definió como la etapa hermética del cante. Creía que el cante había nacido en el seno de las familias gitanas, y que luego se comercializó para generar el flamenco. Su creencia en esa pureza originaria del cante le impedía interpretar canciones con orquesta, como hicieron Valderrama, Caracol y otros cantaores de su tiempo. A partir de aquel concurso de Córdoba de 1962 y de la Llave de Oro, Mairena se convirtió en una gran figura del cante, compartiendo ese carácter con rivales como Caracol o Marchena. Siempre se definió como una admirador sin límites de Manuel Torre o de la familia Pavón. Cifró los cuatro pilares del cante en la toná, la seguiriya, la soleá y los tangos. Y fue uno de los artífices de ese nuevo periodo del flamenco que surgió en los 90 AÑOS DE ABC DE SEVILLA

1/9/1981

Enrique Barrero firmaba el repaso de los hijos adoptivos de la ciudad que se cerraba con el capítulo dedicado a Antonio Mairena, distinguido en 1979 por sus bodas de oro en el flamenco

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