25 años dela invasión

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LA PRENSA SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014

Reportesde unaguerra

DATO. El documental ‘Invasión’, de Abner Benaim, representa a Panamá en los premios Oscar en la categoría de mejor película extranjera.

Cortesía

■ Los metrajes de la invasión que se conocen ‘fueron grabados por soldados del Comando Sur que participaron de la operación’.

DANIEL DOMÍNGUEZ Z. ddominguez@prensa.com L a película Inva- sión , sobre la inter- vención militar es- tadounidense a Pa- namá en diciembre de 1989, fue vista este año pormás de 50 mil espectadores en el país. Este documental, del di- rector Abner Benaim, en opinión del escritor Juan DavidMorgan, “nos ha obli- gado a volver a reflexionar sobre un tema que sigue pendiente”. OlmedoBeluche, sociólo- goyeducador, evalúaquees- te largometraje “tiene la im- portancia de que ha permi- tido colocar el asunto en la mente de decenas de miles de personas nuevamente”. “Este tema aún tiene mu- cha tela que cortar; el hecho de que se haya retomado en eltrabajodeBenaimvuelvea colocarlocomounmomento importante de nuestra his- toria y estoy seguro de que vendrán otros realizadores que la contarán desde su propia perspectiva”, plantea el director Luis Romero. Invasión eselmásrecien- te capítulo de una relación entre el audiovisual y la li- teratura en torno a unhecho histórico clave dentro del devenir del istmo. Aunque no es un produc- to nacional, Luis Romero sí propone rememorar Pana- má Deception , dirigido por Barbara Trent y David Kas- per, premio Oscar en la ca- tegoría de mejor documen- tal por la Academia de Artes

HECHO. Luis Romero recibió imágenes de la invasión tomadas por el Comando Sur. LA PRENSA/David Mesa

y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, por brindar una mirada “bastante acer- tada ‘desde afuera’, en los ojos de una ciudadana esta- dounidenseque relata loque investigó. En su momento recibió críticas porque ha- blaba poco de las luchas in- ternas que desencadenaron la invasión”. Panamá Deception (1992) nunca se proyecta en las salas del istmo, aunque Trent visita el país en dos ocasionesparabuscar lama- nera de lograrlo. En 1994 se transmitió por el Sistema Estatal de Radio y Televi- sión. Los metrajes de la inva- sión que se conocen y se han usado en más de una pro- ducción, cuenta Romero, “fueron grabados por solda- dos del Comando Sur que participaron de la opera- ción”. En 1989, Romero traba- jaba como productor de no- ticias en el canal RPC y le entregaron“uncaseteUMa-

tic (formato de televisión de la época) de una fuente que tengo que guardar en ano- nimato. Era una copia que habían hecho en el Depar- tamento de Relaciones Pú- blicas del Comando Sur”. Las imágenes que más impactaron a Romero fue- ron rodadas “desde uno de los aviones y muestra cómo se daba seguimiento, con el objetivo que apuntaba el proyectil (la crucecita que siempre vemos), a una ca- mioneta que viajaba por la vía (presumiblementeTocu- men)yalcolocarseenlamira dispara produciendo una explosión que cubre toda la pantalla”. Romero usa unas de esas imágenes cuando filma el documental El último sol- dado (2010),quetienecomo centro las relaciones de Pa- namá con Estados Unidos durantemás de un siglo. Silavistaseposamásenel pasado,duranteladécadade 1990 un grupo de cineastas encendió sus cámaras para

LOGRO. ‘Panamá Deception’ obtuvo un Oscar como mejor documental. Cortesía

buscar respuestas.

Mientras que Las casas son para vivir (1991), de Fernando Martínez, a partir de una investigación de An- tonella Ponce, es para Ro- mero “una visión poética y dolorosa sobre la invasión, vista a través de dibujos in- fantiles, que muestran los grados de afectación psico- social por la que pasaron los niños de El Chorrillo”. En 2006 se presenta Los puños de una nación , de Pituka Ortega Heilbron, un premiado documental que desarrolla un paralelismo entre los triunfos ycaídasdel boxeador Roberto Durán y las complejas relaciones en- tre Panamá y Estados Uni-

En 1990 aparece el docu- drama El imperio nos vi- sita nuevamente , de San- draEleta, queenpalabrasde Luis Romero ofrece una serie de “testimonios de los afectados y de quienes lo vivieron de cerca”. A la lista hay que agregar Just Cause, ¿para quién? (1990), de Yisca Márquez Díaz, definido por Romero como “valiente” porque re- pudiaba la invasión y no la justificaba, en un tiempo cuando un sector de la opi- nión pública “vivía una eu- foria colectiva creada por una presencia militar ahora ya fuera de las bases”.

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