CartaPastoral

- 5 -·· mo Ntro. Senor J esucristo encarg6 a sus discipulos qne no Re contentaran con cmsefiar a los fieles, sino que les e,ncargaran la guarda de los preceptos 6 mandatos que Elles tenia dados: ''docentes eos servare omnia qum cumque mandavi vobis, operibus credite. (l) En otra or.asion, y para discernir a los que seguian sus doctri­ nas, de 1os falsos profetas, les decia: a fructibus eorum cognoscetis eos. (2) Las obras nada valen para el Pro­ testantismo, siendo asf que ellas son el todo para los catolicos. Y si discurren de una manera tan curiosa, segun su maxima favorita, "para nada sirven las obrns" ipara que afanarse por sembrar la semilla pro'testante? iSera para civilizar? iQue entienden por ci­ vilizaci6n estos buenos caballeros? Si se prescinde de la ley moral que regla los actos de la voluntad, desde lue­ go vendremos a parar en el salvajismo, y un salvaje no es por cierto un hombre civilizado; algo mas; un salvajea la moderna seria peor que un salvaje de la montafia 6 de los desiertos, por la sencilla razon de que sienclo salvaje ilustrado mas 6 menos en ciencias naturales, e ignorando por completo las leyes que ri­ guen el orden sobrenatnral, puede poner en practica con ventaja todos los recursos de su viciada voluntad para. dar pabulo a SUS brutales instintos, SO pretexto de ser elloR confol'mes a su naturaleza, como lo anun­ cian y lo predican los materialistas 6 positivistas, hi­ jos legitimos del Protestantismo. Por otra parte, esttldiese el Protestantismo en su espfritu de propaganda ique hace?, ia que se reducen los meclios que emplea? A distribuir bihlias falsificadas, y acornpafiarlas de folletos calumniosos, saturados de errores historicos contra la Iglesia Oat6Hca. Pregunte­ mo~ a un misionero protestante, iC6mo es que saben que el libro que distribnyen contiene la palabra de Dios? apelaran a la autoridad de Lutero y de los cori­ feos del Protestantismo. y iCOillO prueban estos la le­ gitimidad de esa supuesta autoridad?; ia cual de ellos es al que dAbemos dar credito, siendo asi qt.le se con­ tradicen con frecuencia en sus juicios sobre la Biblia?

(1) Mat. XXVIII, 20. (2) Mat. VII, 16.

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