La iniciación a los deportes individuales: el Modelo Ludotécnico y sus posibilidades
2. Metodología y evaluación Si bien es en la etapa de Educación Infantil en la que se puede entender que favorecer el desarrollo integral, desde todos los dominios de la conducta (cognitivo, motriz y socio-afectivo), es aún más especialmente crucial, en la evaluación de la siguiente secuencia didáctica se hace un especial hincapié en el ámbito motriz, no por ello obviando el trabajo que se realiza sobre el resto de dominios. Esto es, si bien es cierto que se incide simultáneamente sobre todos los dominios de la conducta (en plena alineación con las características del propio Modelo Ludotécnico), no es menos cierto que la propuesta de sistema de evaluación presentada, con un ánimo de simplificar, se centra exclusivamente en el ámbito motriz. Sea esto entendido como una oportunidad de seguir avanzando en este campo inexplorado de aplicación del Modelo desligado de una modalidad deportiva mediante la propuesta de nuevos sistemas de evaluación que ubiquen su foco de atención en la parte cognitiva y/o socio afectiva. La vinculación se establece pues, con el desarrollo motor propio de la etapa de Educación Infantil. En esta línea, en lugar de realizar el análisis de una gestoforma concreta, procede un estudio más global, centrado, por el contrario, en habilidades. Bajo este punto de partida, merecen mención los distintos tipos de habilidades que, de acuerdo con Gómez-Mármol et al. (2023), pueden ser clasificadas de la siguiente manera: a) las habilidades perceptivo-motrices, b) las habilidades motrices básicas, c) las habilidades genéricas y d) la coordinación y condición física orientada a la salud. De manera sucinta, se presenta a continuación una explicación de cada una de ellas, detallando en mayor medida solo aquellas sobre las que se desarrolla la secuencia didáctica, esto es, las habilidades motrices básicas. En primer lugar, cabe señalar que las habilidades perceptivo-motrices actúan como pilar para el desarrollo posterior del resto de habilidades. Son las que permiten que el alumnado conozca su propio cuerpo, sea capaz de utilizarlo eficaz y eficientemente y le sirva como medio de interrelación con el entorno. En última instancia, son las que facilitan el correcto seguimiento de las fases de la acción motriz; desde la recepción de la información por los sentidos (percepción), hasta su última manifestación en forma de movimiento y su análisis (ejecución y conocimiento de resultados/ ejecución), pasando por la fase de decisión. Dentro de las habilidades perceptivo-motrices se encuentran la percepción corporal o esquema corporal, la percepción espacial o espacialidad y la percepción temporal o temporalidad. En segundo lugar, las habilidades motrices básicas se caracterizan, como se ha venido indicando previamente y como también señalaba Díaz Lucea (1999), por su inespecificidad, en la medida en la que no responden a modelos concretos de movimientos propios de actividades regladas y estandarizadas. Además, se apoyan en el nivel anterior (habilidades perceptivo-motrices) para su desarrollo y evolución. Dentro de las habilidades motrices básicas se pueden distinguir dos elementos: a) la locomoción y b) la manipulación. En tercer lugar, las habilidades genéricas se desarrollan a partir del proceso de refinamiento de las habilidades motrices básicas. Requieren de un grado madurativo mayor (Conde y Viciana, 2001) y pueden asentarse sobre varias habilidades motrices básicas al mismo tiempo. Su finalidad sigue sin ser el dominio de un gesto técnico concreto sino el enriquecimiento del repertorio motriz. Engloban el bote, los golpeos, las conducciones, las fintas…
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