Sevilla. Taller de Mayores 5. 24-10-2017

24 de octubre de 2017 Número 5

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Mi vida en la Residencia de Mayores Ferrusola

Entrevista al torero y banderillero de Santa Clara Quality

AMALIA CR Ferrusola de Sevilla

que estamos deseando que nos toque el premio, que es muy goloso. Es nuestra pe- queña gran ilusión de cada sábado. Cuando nos toca el pre- mio, no dudamos en lucir- lo al día siguiente. Yo ya he ganado varios: pulseras, collares, alfileres, bolsos y muchas cosas más. Y así estamos siempre deseando que llegue el sábado, para pasarlo en grande. Yo estoy encantada, pues la señorita que nos da las actividades es muy competente y cari- ñosa con nosotros. Yo me encuentro satisfe- cha, me siento muy querida por todos, y ésa es mi ma- yor suerte. Yo, por mi parte, procuro comportarme siem- pre con educación y respe- to, para que todo siga así de bien. Soy muy feliz en la residencia, que ya se ha con- vertido en mi hogar.

en mis más de 30 años de carrera. —¿Cómo es tu vida actual? ¿Cómo te encuentras en Santa Clara Quality? —Mi vida actual transcurre sin sobresaltos, a veces pue- do andar mejor y otras me cuesta más, pero dura poco. Me levantan por la mañana temprano, me duchan y me traen a Santa Clara Quality. Al llegar, desayuno y leo la prensa, juego al dominó y realizo diversas actividades a lo largo de la mañana. Aquí me encuentro bien, lo único que me tiene fastidiado a ve- ces son mis piernas, pero lo voy sobrellevando.

Coria, Calatayud, donde me llevé el premio al torero no- vel representando a la peña de Curro Romero. Ese día el novillo me rajó los testículos de una cornada. —¿Con qué toreros recuer- das mejores momentos? —Con Paco Camino realicé corridas como banderillero y, especialmente, trabajé con Curro Romero, con el cual toreé durante cuatro años en su cuadrilla. Con Rafael de Paula fueron dos los años que estuve, uno de los cuales lo alterné con Ostos. Fueron tardes memorables y des- pués vinieron otros muchos

cuando tuve edad, me saqué el carné de moto y mi jefe me compró una flamante Guzzi con la que el trabajo se hizo mucho más llevadero. —¿Recuerdas tu debut? —Fue en Almendralejo, pro- vincia de Badajoz, con un no- villo de Don Juan del Cid. El cartel lo componíamos José el Alcalareño, Bombita de To- mares y Guillermo de Alba. Era la primera vez que torea- ba de verdad en una plaza y con público y la cosa no sa- lió tan bien como esperaba. Hasta aquel entonces sólo había tentado a dos novillos. Después vinieron otras mu- chas corridas como Pañoleta,

Guillermo de Alba cuenta su experiencia en los ruedos

CARMELO MATEO Residencia de Mayores de Marchena de Diputación Mi nombre es Carmelo Ma- teo, y soy natural de Caza- lla de la Sierra. Nunca acudí a la escuela, toda mi vida he trabajado en el campo y cuidando al ganado. Me gusta la paz y la tranquili- dad. Aquí en la residencia paso todo el día ocupado, ya sea con mis trabajos ma- nuales con la cuerda o cui- Mi nombre es Amalia, soy una señora de las que resi- den en la Residencia Ferru- sola. Esto es una residencia y vivimos en comunidad, con compañeros y compa- ñeras con los que comparti- mos todo. Mi suerte es que me encuentro bien y no es- toy impedida, por lo que me siento joven y llena de ener- gía para participar en todas las actividades que quiero. Mi vida en Ferrusola es una vida feliz. Desde que llegué disfruto en armonía junto a mis amigas, compa- ñeras y personal, pues son todas muy buena gente y me aprecian bastante, como yo a ellas. Con ellas conver- so, hago actividades diaria- mente, compartimos ale- grías y alguna que otra pena puntualmente.

Santa Clara Quality Camas

—¿Cómo fueron tus comien- zos en el mundo del toreo? —Empecé a torear con ami- gos a los que les gustaba este ambiente; compartíamos intereses. Recuerdo a «Ca- banillas», buen conocido de Paco Camino, que tenía una espada, y a una mujer, cuyo nombre no recuerdo, que me regaló una cornamenta. ¡Ya teníamos para empezar! A partir de ahí comenzamos a practicar toreo de salón. El capote era una manta vieja y la muleta, una lona que nos cortó el padre del «Cabani- llas». Veníamos de la escuela y, mientras el resto de cha- vales se ponía con el balón, nosotros, al toreo de salón. —¿Cómo eras de pequeño? —De pequeño era bueno, algunas veces de tapade- ra para que me dejasen ir a entrenar. En el colegio no era torpe pero estábamos deseando salir para irnos a practicar. Con 12 años dejé la escuela para empezar a tra- bajar en la farmacia de Don Pedro Fernández Conradi, que a su vez también ayudó laboralmente a Curro Ro- mero. Al principio fue duro; lloviese o hiciese calor tenía que tasladarme desde Ca- mas a distintas zonas de Se- villa en bicicleta transportan- do la medicina. Más tarde,

Una de mis actividades preferidas es el bingo, pues nos juntamos muchos com-

pañeros y concentramos toda nuestra atención en los cartones que nos tocan, ya

El día a día de Carmelo Mateo

dando el jardín. Sí, cuidan- do las macetas. Me levanto y ésa es mi primera ocupa- ción del día. Riego, abono, quito las malas hierbas y recojo flores cuando llega el buen tiempo. A veces ayudo en un pe- queño huerto junto con el personal de mantenimien- to. Este año hemos planta- do ajos. Mi compañero que llevaba el huerto era Fran- cisco. Va aquí mi homena- je para él, ya que falleció el año pasado.

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