GURMÉ Sevilla 31 Primavera 2024
Psicólogos de barra
“Muchos que llegan por primera vez me dicen: ‘Raúl, amenazo con volver’”
Raúl León abrió hace cinco años Casa Cuco en Pagés del Corro, un negocio peculiar en el que las imágenes cofrades se alternan con fotos de comparsas y escenas del Gran Teatro Falla, además de una banda sonora carnavalesca durante todo el año (salvo en Semana Santa que la cambia por marchas). En este tiempo ha cuajado una clientela tan variopinta como sus paredes, integrada por parroquianos solitarios de codo en barra, grupos de amigos o parejas que buscan un paréntesis en el ajetreo del día a día. Aunque no hay cocina, la pizarra rebosa de apetecibles recetas con las que acompañar la Cruzcampo o la copa de vino, aunque lo mejor de este espacio es sin duda su buen ambiente. Casa Cuco empezó muy carnavalero y ha ido convirtiéndose poco a poco en un bar también cofrade. ¿Cómo ha sido el proceso? Estamos en Triana y aquí hay cinco cofradías, ha sido una evolución inevitable. ¿Cómo es el público que llega hasta aquí? Hay un poco de todo, tanto gente del barrio como turistas, especialmente nacionales. Y personas que llegan buscando un sitio peculiar donde el carnaval se mezcla con lo cofrade y la Feria. ¿Qué atrae al público a Casa Cuco? Un compendio de todo, pero imagino que el tra to cercano tiene mucho que ver. Las tapas bien preparadas y sobre todo el ambiente. Llegan
muchos curiosos a ver de qué va esto porque ya de fuera ven que es un sitio distinto. Muchos de los clientes que llegan por primera vez me dicen: “Raúl, amenazo con volver”. Porque les gusta el trato y el encanto que tiene el bar. ¿Hay parroquianos del día a día? Sí los hay, especialmente al mediodía o por la tarde, gente que viene a diario y a los que conocemos bien. Vamos viendo cuáles son sus gustos, poco a poco nos cuentan cosas de su vida… Tengo la habilidad de conocer a muchos de los que vienen por su nombre. Muchas veces les digo: “sé cómo eres, solo me falta saber tu DNI”. Me gusta tener ese trato cercano porque así el que entra se siente en casa. La gente viene a pasar un rato agradable y
en buena compañía, a todos les gusta que le llamen por su nombre y en Casa Cuco tenemos nuestros mensajes de despedida que siempre gustan a los clientes: “Sé bueno, pórtate bien, no trabajes mucho...” y eso se les va quedando y el día que no lo digo me lo dicen a mí ellos. Son cositas que gustan y crean complicidad. ¿Hay tertulias en Casa Cuco? Tenemos dos: una es cofrade y se reúne una vez al mes y otra que se celebra los jueves y es flamenca. Llegan y se habla de un palo, se comenta y se canta. Cada vez vienen más personas. Muchas veces ocurre que una mesa y otra se ponen a charlar y se generan tertulias espontáneas. Me gusta que la gente entre y viva el ambiente, que no se queden sentados
sin más, sino que se levanten, pidan, miren la carta, hablen con unos y luego con otros, que tenga vida en definitiva. Aquí se hacen muchas amistades, no te digo que esto sea un “First date” (risas) pero hay muy buen rollo. ¿Y tertulias carnavaleras no hay? De momento no. Estamos en Triana y es más complicado el tema del carnaval. Lo van acep tando porque en este barrio hay de todo y todo triunfa. ¿Se nota en la barra que estamos es Triana? Claro que se nota. Esa manera de actuar, de llegar, de estar. Aquí se dice mucho: a Triana nada más que le falta un cementerio, porque hay mucha gente que nada más que sale de
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