BulevarSurPrimavera_2018

| Nos comemos las tendencias

Modelo dePol Núñez.

Momento de la conversación en una de las terrazas al aire libre del Restaurante La Raza.

S e definen como mujeres todoterreno, en eso están todas de acuerdo. Son muchos los que se animan a comenzar una carrera profesional en el mundo del diseño de moda flamenca pero pocos son los que, al cabo de un tiempo, aguantan el ritmo agotador de trabajo. En este negocio, no solo vale la creatividad, sino que ésta tiene que ir de la mano de una gran capacidad de sacrificio que está detrás de cada uno de los diseños que se crean. Y con capacidad de trabajo no solo se refieren a muchas horas en un taller cosiendo volantes. Por algo seleccionaban, muy acerta- damente, la palabra todoterreno. Como manifiesta Rocío Peralta, significa abrir a primera hora de la mañana y cerrar cuando se haya marchado la última clienta, y con la llave echada ponerte a limpiar para que, al día siguiente, todo vuelva a comenzar. Impli- ca, también, tener que cargar los diseños en un coche y trasladar- los a cualquier punto de Andalucía. “Con lo que pesa una bata de cola” remarca Fabiola, que este año ha presentado su colección “Fabiola 1987: nardos, jazmines y naranjos”. En sus más de 30 años de trayectoria, esta diseñadora ha visto cómo los momentos de crisis le han hecho aprender, empresarial y personalmente. Siendo fiel a su reconocible estilo, ser coherente con su esencia le ha permitido sobrepasar la mala racha del sector « El mundo de la moda flamenca no te hace rica. Hay muy pocos márgenes. Trabajas mucho y tienes un sueldo de hacer algo que te encanta » Delia Núñez

Traje de Flamenca de Fabiola sobre la pasarela de We Love Flamenco.

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