MANUAL COMERCIO INTERNACIONAL
MANUAL COMERCIO INTERNACIONAL
En caso de culturas e idiomas muy distintos a los nuestros, bueno será
aprender las fórmulas más usuales del lenguaje social: “buenos días”, “gracias”,
“perdón”, “por favor”, “encantado”, “usted primero”, etc., que es una manera de
demostrar interés y, al mismo tiempo, de ponernos en sus manos, lo cual siempre crea
una corriente de simpatía.
El inglés, el francés, y el español se consideran idiomas de comunicación
internacional, de uso generalizado en el mundo de los negocios. Pero si hay
dificultades de entendimiento, lo lógico es que los anfitriones pongan un intérprete.
El empresario español que viaja con cierta frecuencia a los mismos países
debería llevar sus tarjetas de visita escritas también en alguno de aquellos idiomas,
además del nuestro, claro está, como gesto que sin duda valorarán especialmente sus
interlocutores.
Hay países que el tema de los negocios se trata en último lugar en una reunión
o almuerzo. Primero hay que charlar de todo, de las costumbres, de la vida, de las
tradiciones. Sólo al final, cuando los anfitriones inicien la conversación de carácter
profesional, podremos ir al grano, al objetivo de nuestro viaje, Japón, por ejemplo, es
uno de esos países donde el “rodeo” es obligado.
Si estamos habituados a estos viajes, sabremos que hay saludos que son
distintos de los nuestros. A nadie, en Japón, sorprenderá que hagamos una profunda
reverencia en vez de dar la mano a una persona que nos merece gran respeto.
También hay que ser delicados con los regalos. Ya que estamos en Japón,
recordemos que si es la primera vez que vamos a visitar una de sus empresas, lo
mejor es hacer un regalo institucional, representativo de nuestro país o de nuestra
compañía, mejor aún si es producto de una marca comercial importante. Los
japoneses aprecian casi más la marca que el regalo mismo, porque eso índica status.
Ellos corresponderán siempre con arreglo a nuestro rango.
Si entregamos el regalo envuelto, hagámoslo en papel que no exhiba marca
comercial alguna, lo normal es que el anfitrión japonés no lo abra para no molestar a
los presentes; si lo hace, seguramente volverá a cubrirlo o envolverlo para renovar el
rito más tarde ante otras personas.
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European Open Business School
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