Porth. Fisiopatología

Capítulo 39  Alteraciones del estado nutricional    1161

Hambre, apetito y mecanismos de control del consumo de alimentos Las sensación de hambre se asocia con varias percepciones sensoria- les, como las contracciones rítmicas del estómago y la sensación de “vacío” que hace que una persona vaya a buscar alimento. El apetito es el deseo por un tipo particular de alimento y resulta útil para ayu- dar a determinar el tipo de comida a consumir. La saciedad es la sen- sación de plenitud o disminución del deseo de consumir alimentos. Existen dos centros en el cerebro que interactúan con varias hormonas y neurotransmisores para ayudar a controlar el consumo de alimentos y el gasto energético. Se ha identificado al núcleo arcuato del hipotálamo como el centro del hambre y de la saciedad. Sin embargo, se ha descubierto que otros centros del tronco encefá­ lico también contribuyen con estos mecanismos. 10 Estos reciben impulsos nerviosos del tubo digestivo que brindan información sobre el llenado estomacal, señales químicas de los nutrientes en la sangre (glucosa, aminoácidos y ácidos grasos) e impulsos de la corteza cerebral referentes al olor, vista y sabor de los alimentos. Los centros en el hipotálamo también controlan la secreción de varias hormonas (p. ej., tiroideas y adrenocorticales) que regulan el equilibrio de energía y el metabolismo. El control del consumo de alimentos está sujeto a una regula- ción a corto plazo, la cual se refiere a la cantidad de comida que se ingiere en una comida o refrigerio, y a una regulación a mediano y largo plazo, que tiene que ver con el mantenimiento de las reservas energéticas en el tiempo. 11 Las neurohormonas son responsables de la regulación a corto plazo del consumo de alimentos, ya sea aumentando la alimen- tación (ante lo cual se consideran orexigénicas) o haciendo que disminuya (en cuyo caso son anorexigénicas). 11 La figura 39-2 enumera muchos de estos mensajeros neuronales y los efectos generales que producen. Se han identificado más de 30 genes de hormonas gastrointestinales que desempeñan un papel en la regu- lación del hambre y la saciedad. 12 Las investigaciones han ofre- cido información adicional sobre este sistema tan complejo; sin embargo, todavía se desconoce mucho al respecto. 12,13 Los tres mensajeros principales que promueven los efectos orexigénicos a corto plazo son la grelina, que se sintetiza princi- palmente en el estómago, el neuropéptido Y (NPY) y la proteína r-agouti (AgRP), estos dos últimos producidos en el hipotálamo. Muchas de las otras hormonas intestinales tienen efectos anorexigé­ nicos al enviar señales de saciedad a los centros neurológicos, que en última instancia ayudan a reducir el consumo de alimentos. 10 La regulación a mediano y largo plazo del consumo de alimentos está determinada por la cantidad de nutrientes que se encuentran en la sangre y en los lugares de almacenamiento. Desde hace tiempo se sabe que la disminución en la glucosa san- guínea provoca hambre. En contraste, un aumento de los productos de la degradación de lípidos, como los cetoácidos, causa una dismi- nución del apetito. La dieta cetogénica para bajar de peso (p. ej., la dieta Atkins) depende parcialmente de los efectos supresores del apetito, gracias a las cetonas en la sangre. Los adipocitos liberan leptina en proporción a la cantidad de grasa almacenada. La estimulación de los receptores de leptina en el hipotálamo produce una reducción del apetito y del consumo de alimentos, así como un incremento en el metabolismo basal y el consumo de energía. También produce una menor liberación de insulina por las células β, lo cual reduce el almacenamiento de energía en los adipocitos. 14

GLP ACRP Leptina Melanocortina Hormonas tiroideas

Pérdida ponderal

NPY PPAR Grelina Galanina

Ganancia ponderal

Figura 39-2 •  El equilibrio de los mediadores químicos tiene un impacto en la ganancia y pérdida ponderal. ACRP, proteína del adipocito relacionada con el complemento; GLP, péptido similar al glucagón; NPY, neuropéptido Y; PPAR, receptor activado por proliferación de peroxi- soma. Tomado de: Strayer D., Rubin R. (Ed.) (2015). Rubin’s pathology: Clinicopathologic foundations of medicine (7th ed., fig. 13-1, p. 517). Philadelphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins.

SOBREPESO Y OBESIDAD Después de terminar esta sección del capítulo, el lector será capaz de cumplir con los siguientes objetivos: •• Explicar el uso del índice de masa corporal (IMC) en la valora- ción del peso corporal. •• Definir y sustentar las causas y tipos de obesidad, así como los riesgos asociados con ella. El organismo requiere cada día de más de 40 sustancias nutri- tivas diferentes. El estado nutricional refleja la ingesta diaria de nutrientes a lo largo del tiempo y el depósito y uso que el organismo hace de ellos. Las DRI aportan información sobre las cantidades de nutrientes esenciales que se consideran adecuadas para cumplir con los requerimientos nutricionales de las perso- nas saludables. Cuentan con 22 clasificaciones por sexo y edad e incluyen recomendaciones de calorías, proteínas, grasas, hidra- tos de carbono, vitaminas y minerales. El hambre y la saciedad son sensaciones que están reguladas por un complejo grupo de neurohormonas producidas en el tubo digestivo. Estos mensaje- ros funcionan al estimular el hambre o indicar la saciedad, con el objetivo de controlar los efectos a corto y largo plazo. Aunque se ha generado mucha información proveniente de investigaciones recientes, todavía hay mucho que aprender a fin de comprender este proceso complejo de forma más eficaz. RESUMEN  AMPLE

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