Mayores_Cadiz_Numero_04

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EXPERIENCIAS PERSONALES

Una historia de superación y valentía

cia de la nieve y me hundí. No pude sacar el pie. En ese mo- mento pasaba un tren por la vía en la que me encontraba. Por mucho que intente avisar al tren fue imposible que pa- rara a tiempo y perdí la pierna derecha. Tras el atropello me intro- dujeron en un turismo que había en la estación y, tras un kilómetro de marcha, se le apagaron las luces. Tuvo que volver a la estación para que oyeran el claxon del vehículo para socorrernos. Me metie- ron de nuevo en otro vehículo,

esta vez un furgón, y me man- daron a Guadix para ser aten- dido de urgencias. Durante el trayecto, a la máquina se le atrancó el regu- lador y quedó parada. El jefe de tren mandó a un jefe a la estación para que llamara a Guadix para que viniera otro vehículo. En fin, el accidente fue a las 3.45 horas y el doctor no me atendió hasta las 7.00, mandándome a la capital para que me operaran. Estuve tres meses, y dos de ellos boca arriba sin poder moverme. Llevaba casado dos

meses y tres día con mi mu- jer. A los cuatro meses salí de la clínica. La recuperación fue lenta, y a los tres años del ac- cidente conseguí andar por mí mismo con una prótesis. En 1958, nació mi primer hijo, y con ello vino la alegría de nuevo a mi vida, dándome fuerzas para volver a ser feliz tras aquel fatídico día. Tenía tan solo 27 años, pero eso no me impidió volver a levantarme cada día con ga- nas de trabajar, recuperarme y tener una vida normal, plena y feliz.

Recuperación tras un accidente laboral en 1957

Residencia Hermanitas de los Pobres

Día 18 de enero de 1957, en la estación de Renfe que se lla- ma Huenja. Era de noche y me encontraba descansando para empezar a las 20.00 horas mi jornada de trabajo, ya que era ferroviario. Mi compañero de trabajo tuvo que ausentarse antes de tiempo, ya que su hija se puso en enferma y tuvo que llevarla al pueblo que se encontraba a cinco kilóme- tros de distancia. Me llamaron para ver si estaba disponible y comenzar antes mi trabajo y dije que sí. Nevaba desde las 12.00 de la mañana. Hacía mucho frío, unos -9º. Sobre las 23.50 el cielo estaba raso. A las 24.00 horas salí a la calle y estaba nevando de nuevo. Esa noche era de miércoles a jueves y a las 3.45 tuve la mala suerte de meter el pie en un hoyo que había en el suelo, a consecuen-

Recuerdos que me llevaron a mi niñez

mí, esta actividad fue muy emotiva, ya que me trajo mu- chos recuerdos de la infancia, pues desde pequeño he es- tado trabajando con el gana- do (burros, caballos, gallinas, etc.) porque mis padres te- nían tierras. No pude contener las lágri- mas ante un espectáculo tan bonito, que me hizo revivir muy buenos momentos. Lo mejor de todo es que mi com- pañero estuvo a mi lado y dis- frutaba al verme feliz.

FRANCISCO ESCORZA Vitalia Guadalete S.L.

se trasladó al centro Vitalia Guadalete, ubicado en Jerez de la Frontera, desde hace siete meses me he mudado y estoy viviendo de nuevo con él. Nosotros estamos siempre juntos. Ahora os voy a contar mi última aventura vivida con él y con otros de mis compañe- ros. El pasado 5 de octubre

tuvimos la oportunidad de asistir a la Gala del Mayor, que tuvo lugar en la Real Es- cuela de Arte Ecuestre para ver un espectáculo llamado «Cómo bailan los caballos andaluces». Allí pudimos ver diferentes tipos de caballos trotando, saltando, haciendo coreografías en grupos y ca- rros tirados por jinetes. Para

Me llamo Francisco Escorza Murillo, tengo 81 años y soy de Algodonales. En este pue- blo he vivido mucho tiempo en una residencia de mayo- res, pero como mi compañe- ro de habitación, con el que mantengo una gran amistad,

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