Gurmé Sevilla 9, verano 2018

ENTREVISTA

Mi día libre en...

Bodega Santa Cruz Las Columnas

Isabel Aguilar Fotografías: Raúl Doblado

Manuel García, camarero de Las Columnas, y el chef Marcos Valcárcel, charlan dentro de la barra

El chef sevillano ha pasado largas horas en este céntrico estableci- miento que se ha convertido en parada obligatoria para el público extranjero pero aún conserva todo el sabor de las auténticas bode- gas hispalenses.

casi exclusivamente para el turismo. Hay cosas, sin embargo, que no cambian nun- ca, como la hospitalidad con la que en Las Columnas se ha atendido siempre a cada cliente que les visita.

mejora. Antes no estaba el botellero del frontal y había unos arcones para el hielo al otro lado de la barra y allí formábamos unas tertulias increíbles. Ahora paran mu- chos turistas pero antes venía sobre todo gente del barrio y siempre te encontrabas con alguien. La zona ha cambiado mucho, yo recuerdo cómo de niño jugaba en esta misma calle, había una tienda de comesti- bles, una frutería… ahora todo son tiendas de souvenirs.

¿Por qué empezó a venir a Las Columnas?

Entra en Las Columnas con la familiaridad del que lleva años frecuentando un mismo espacio y se hace un hueco en su esquina de la barra, la que está pegada a la pizarra de tapas. Se siente como en casa a pesar del bullicio, algo que no sorprende cuando nos cuenta que pasó largas horas de su juventud enfrascado en conversaciones con amigos y demás contertulios, muchas veces extranjeros a los que ayudaba a

entenderse con los camareros. Han pasado varios años de aquello y en la actualidad los camareros como Manuel García, el amigo al que visita Marcos Valcárcel en esta entrevista, ya chapurrean inglés y otros idiomas necesarios para atender al aluvión de clientes foráneos que desfila a cada hora por su barra. Estos dos amigos han cambiado en 20 años, pero no tanto como el pulso de un barrio que ahora late

He pasado por aquí desde que nací porque mis padres viven al lado. Cuando tenía 18 o 20 años empecé a venir, solo o con mi herma- no, y desde entonces no he dejado de hacerlo. ¿En qué ha cambiado el establecimiento desde que lo conoce? Físicamente han ido cambiando algunas cosas, porque cada año hacían una pequeña

¿Cómo empezó su amistad con Manuel?

Siempre me ponía en la misma esquina y era la parte de la barra que él atendía. Des- de allí veía a todo el que entraba y salía del bar y lo controlaba todo. Conozco a

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