Gurmé N15 Invierno 2019

ENTREVISTA

En su poco tiempo libre (antes descan- saba los lunes, ahora los domingos), aprovecha para visitar a sus amigos hosteleros y para conocer las últimas novedades del sector. Le preguntamos por una barra de referencia en la que se acomode con frecuencia y responde sin dilación la de La Malhablada, un nuevo espacio que lleva medio año abierto bajo el edificio Sevilla 2. Se trata de un establecimiento de aire actual dotado de una gran terraza que, a pesar de su corta vida, ya es un referente en la zona. Allí hablamos con Carmen y con Javier González, uno de los tres socios de este espacio de Nervión donde nuestra entrevistada se relaja mientras disfruta de un vermouth o una cerveza bien fría. conocemos de hace tiempo y desde que ha abierto La Malhablada recomiendo a mucha gente que venga a probarlo. Todos acaban muy contentos y luego me hablan de ese camarero de ojos claros que tan bien les atendió, se nota mucho cuándo está él. ¿Con qué frecuencia suele venir? Mi día libre lo empleo en conocer sitios nuevos, me gusta ver qué se está haciendo, pero al final sé que La Malhablada es una apuesta segura y hay muchos días que acabo aquí. Vengo sin prisas, y suelo estar desde la una de la tarde hasta las ocho o las nueve. Una vez que llego no hay quien me eche. Además de su amistad con los dueños, ¿qué otros motivos le llevan a La Malhablada? La cerveza la sirven helada y yo soy súper cervecera, con lo que lo valoro mucho. También ponen un vermouth muy bueno y tienen una terraza increíble donde en esta época del año da gusto estar los días de sol. Es un local muy luminoso y agradable. ¿Desde cuándo se conocen? Javi es amigo mío y de mi novio, nos

Y de cocina; ¿por qué recetas se inclina? Me encanta el tartar de gambas y ortiguillas, es mi plato preferido. Tienen unas anchoas del Cantábrico muy ricas y también me gusta la ensaladilla de pulpo y las carnes a la brasa. ¿Quién suele acompañarla? Lo habitual es que venga con mi novio, pero también he venido sola porque soy amiga de los tres socios y me siendo a gusto con ellos. Hemos hecho cumpleaños y celebracio- nes aquí porque es un espacio muy acogedor que se presta a eso. ¿Cuál es su rincón favorito de La Malhablada? Yo soy de barra, es lo que más me gusta, pero también hay unas mesas con taburetes semialtos que tienen una altura muy cómoda. Y siempre que vengo no me resisto a pasar un rato en su terraza. ¿Encuentra hueco para hablar con Javier? Siempre, aunque cuando está muy ocupado le digo que me atienda a mí la última, porque yo me siento de la casa y no me importa esperar. Estoy acostumbrada a comer tarde a diario y cuando salgo no me cuesta nada seguir haciéndolo, más en sitios en los que tengo tanta confianza. Si estoy sentada en la terraza y quiero otra cerveza no importa levantarme a por ella si veo que están muy liados. Y cuando Javier puede detenerse un rato, ¿de qué suelen charlar? De las novedades del sector, de los productos que hemos descubierto o de nuevos proveedores que nos recomenda- mos. Como echamos la tarde aquí al final cuando todo se queda más tranquilo él aprovecha para sentarse un rato con nosotros a charlar. También es muy habitual que me ofrezca alguna nueva receta para que le dé mi opinión y siempre soy muy sincera con él, igual que él lo es conmigo cuando visita Botavino. Le comento cómo veo el plato o si se me ocurre algo para mejorarlo y él lo valora mucho porque sabe que lo hago de corazón. Entonces Javier suele devolverle la visita con frecuencia... Sí, él suele venir de noche cuando descansa y siempre lo agradezco. En general, cuando alguien de la hostelería viene a tu casa a devolverte la visita que tú le has hecho es un detalle porque es señal de agradecimiento.

Una vez que llego no hay quien me eche.

- Carmen Deza

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