La emoción de jugar. Neuroeducación en acción

1 Introducción

La comunicación es la forma que tenemos para conocernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo. Todo ser humano está llamado para la grandeza, no para la mediocridad. Todos tenemos algo que compartir, o mostrar a los demás, conocimientos, habilidades, creatividad… y todos debemos ser considerados, escuchados y respetados, independientemente de la edad. Si un niño reclama atención es porque la necesita, no por capricho, hay que atenderle. Las emociones no se pueden reprimir y menos disimular en los primeros años de vida. Si un niño expresa malestar, es porque se siente mal. Su neocórtex no está formado, esto implica que la acción prevalece sobre el razonamiento, por lo menos hasta los 4 años de edad, por muchas explicaciones que tratemos de dar, no las entenderá, aunque sí lo parezca. No está receptivo. Empecemos a abrazar, empecemos a mirar a los ojos, empecemos a hablarles con tranquilidad y dulzura, no queramos correr, no queramos ir a un ritmo que nos pasará factura a todos de alguna manera. El juego es la manera natural y biológica de experimentar, de adquirir aprendizajes, destrezas, de cometer y permitir errores, de probar, practicar, mejorar. La mayoría de los autores del mundo de la educación y del juego, afirmamos que el juego es la herramienta de interacción por excelencia en procesos de enseñanza y aprendizaje, por eso el juego es necesario que sea incluido en nuestras programaciones docentes y en las metodologías como un vehículo imprescindible, y más si acompañamos a niños y niñas de hasta 12/13 años. Desde este libro se trabajará en base a la inclusión real . El término educación inclusiva surge en el año 1990 en el foro internacional de la UNESCO donde se promueve la idea

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