CAMALEÑO
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Verde en los valles y nieve en los picos.
Antes quietud… hoy paraíso del ojo.
Antes del pastor… hoy viajero y antojo.
Antes San Toribio…hoy rezan los ricos,
ante un trozo de cruz ya hecha añicos,
de un dios mártir entre sangre y despojo;
en tanto oran sus fieles con arrojo,
rodilla al suelo y aireando abanicos.
Y yo a mi hambre, cocido Camaleño,
y a mi boca ardiente, sidra de Potes,
si a Fuente Dé, subir no es tal empeño,
por ser mi padecer el mal de altura.
¡Buen vuelo! ¡A ti, mi amor! ¡La cima acotes!
Te espero aquí, del prado en su espesura;
Mirándome en el Deva,
cuando el sol se atreva,
volver entre agrestes Picos de Europa,
para el brillo a campana cuando toca,
que hasta un oso se cita en Mogrovejo,
con águila en contienda por pellejo,
de oveja, cuando a boda, el novio lleva.
¡Decídeme, pues!:
¿De dónde esta tierra?
Si de Iberia, o de un cielo en sueño,
donde el llanto y el dolor, San Toribio atienda,
y me guarde en este edén sin dueño,
sin voces, ni ruidos, ni "Hacienda"