MANIFIESTO 6
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Como niños de escuela caprichosos,
divulgan soflama a pleno congreso,
del tú más en pudrición, orgullosos,
siempre en color azul o rojo obseso,
degüellan razones, de ira furiosos,
por sillón donde descansa el progreso,
e imponen patria unida para gloria,
y poso de oro en flama para escoria.
Apremio orden a mi España,
libre y grande a más pobreza,
ya pequeña a tanta alteza…
a esa autonomía patraña,
donde vil zángano engaña,
y si es poco, está el Senado
plácido edén de aforado;
donde el diablo hace su infierno,
para robo en el gobierno,
con mugre de honor manchado.
Regidor que solo huele su asiento,
sin la venia que asiente su partida;
juega al bando en la plebe descosida,
por la jerga de un pastor sin portento;
en tanto el pueblo se marea al viento,
con la corriente que sopla servida,
por la prensa algunas veces vendida,
a encuesta de un postor en su contento.
¡Despierta patria y no impongas bandera!
El pueblo quiere faena y quimeras,
sobre yugo que atienda su manera;