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provincia

«El ADN utrerano del equipo y los

jugadores contribuyó al ascenso»

JOSÉ MANUEL BRAZO MENA

Después de dieciséis años, el equipo

de fútbol del CD Utrera regresa a Ter-

cera División, de la mano del entrena-

dor utrerano Miguel Ángel Montoya

González(1980), un joven economista

apasionado de este deporte, que du-

rante las dos últimas temporadas le

ha devuelto la ilusión a los jugadores,

sacándolos de la cola de la clasifica-

ción para llevarlos hasta el primer

puesto de la tabla. Todo un sueño, que

dice haber logrado con mucho esfuer-

zo, ilusión, entusiasmo y ambición.

—¿Qué les ha transmitido a los juga-

dores en el vestuario?

—A los integrantes del equipo he in-

tentado inculcarles que ellos son va-

lores importantes dentro de una ciu-

dad, porque un deporte como el fút-

bol mueve masas, y el CD Utrera es el

buque insignia de esa masa. También

les he transmitido que ellos no eran

profesionales, porque no cobran como

los profesionales, pero a nivel emoti-

vo y de seguimiento eran una refe-

rencia en el pueblo y tenían que tra-

bajar como tal. Los chavales han sabi-

do captar el mensaje de que eran

Después de 16 años

intentándolo, el Club

Deportivo Utrera logra

subir a Tercera División

futbolistas en todo su sentido, y eso al

final se ha reflejado en el campo.

—¿Cómo definiría a su equipo?

—En el plantel utrerista hay una com-

binación de juventud, con un bloque

Economista y entrenador

«No sabía si mi padre, de 84

años, iba a poder verme

logrando este triunfo»

Miguel Ángel Montoya

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Palomares del Río

Ruta de la tapa. Establecimientos

adheridos hasta el 31 de mayo.

Osuna

Exposición retrospectiva de Cristóbal

Martín. Museo de Osuna.

Morón de la Frontera

Exposición «Paisajes», de alumnos de

Bellas Artes. Espacio Santa Clar

AGENDA

26-28 MAYO

Miguel Ángel Montoya,

entrenador del C.D. Utrera

importante de deportistas que mues-

tran frescura y desparpajo y que en

momentos de presión siguen disfru-

tando y apostando por el fútbol; y de

experiencia, que ha sido aportada por

jugadores como Juanjo o Manuel, los

más veteranos, que le han imprimido

ese punto de seriedad y serenidad.

—¿En qué medida ha podido contri-

buir el «ADNutrerano» de lamayoría

de la plantilla, (el 80 por ciento es de

la casa), en el éxito del combinado?

—Sin duda, bastante. El futbolista cuan-

do va a jugar un partido es consciente

que va a defender al equipo de su pue-

blo, y sabe que cuando gana un parti-

do va a hacer feliz a un nombre y a un

apellido. El panadero que te sirve el

pan por la mañana. El camarero del

bar que te felicita cuando vas allí des-

pués del encuentro. Esa ilusión que

transmite el pueblo se recibe en el te-

rreno de juego y te hace dar más de lo

que tienes. Los jugadores lo han per-

cibido y se han entregado en el campo.

—¿Cómo está viviendo todo esto?

—Por un lado, con una enorme alegría,

porque es la consecución de parte de

mis sueños, y por otro, con gran tran-

quilidad, porque yo estaba viendo una

ilusión en la afición que se transfor-

maba en responsabilidad hacia mí y

no podía defraudar al público. Cuan-

do salíamos de Utrera para disputar el

último partido de la temporada, más

de trescientas personas rodeaban el

autobús agasajándonos y no podíamos

circular. Y yo pensaba. ¡Madre mía, no

podemos fallar!¡ ¡Los aficionados es-

tánmás entusiasmados que nosotros!

Y esome cargó de responsabilidad. Así

que parte de mi llanto era por saber

que había cumplido con la gente.

—¿El primer recuerdo tras el triun-

fo fue para su familia, especialmen-

te para su padre?

—En la recepción que tuvimos en el

Ayuntamiento, quisemostrarmi agra-

decimiento sobre todo ami padre, que

por tener ya una edad avanzada, 84

años, no sabía si iba a poder verme con-

seguir un logro deportivo como este. Él

me ha acompañado cuando yo lloraba

porque no me abrían las puertas del

que yo creía que era mi sitio para en-

trenar al Utrera. Cada cosa que me su-

cedía buena o mala, él la sufría mucho

más que yo. Así que pensé que tenía

que conseguir el triunfo, y darle esa

alegría. Cuando terminó el último par-

tido en Poniente (Córdoba), no encon-

trábamos a mi padre y me preocupó.

Pero, él estaba allí, hartándose de llo-

rar de emoción.

Editado por

Diario ABC, S. L.

Albert Einstein, 10

Isla de la Cartuja

41092 Sevilla

Coordinador: Jesús Álvarez

@alvarezjesus65