LLORET DE MAR
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Laurel que llega hasta la ola,
entre verde acantilado,
sobre cala al mar dorado,
en ocaso de aureola,
donde mi alma habla y viola,
silencio en pura belleza,
y aleja toda tristeza,
con música de las rocas,
que besan las aguas locas,
de ese litoral que empieza…
De ese Mediterráneo,
que baña Lloret y pinos,
del viajero espontáneo,
donde se juntan destinos,
del caminar ya gastado,
por el tiempo maltratado.
Dedico este poema a
mi esposa, y a mis
amigos de Valladolid:
Aurora, Mari Cruz,
José Luis y Vicente.
Por un encuentro
casual en esta
localidad; gracias a
un plácido viaje del
Imserso