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EN LA ESTELA DE VENUS
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la nobleza de vizconde,
si esta villa no responde,
ni a príncipes ni a plebeyos…
Ya no es delicia de aquellos…
La ciudad el mar esconde.
Víctima de un limbo rojo,
sembrador que hizo esmero,
sudor, paciencia, dinero;
ahora arroja su enojo,
el dominador sin ojo,
si no hay oración satisfecha,
que al fin levanta sospecha,
cual bien, alabanza apruebe,
y en maldad y en tiempo breve,
granizo lincha cosecha.
En San Marcos ya lo espero,
calor que a San Juan rondaba,
y frío, en navidad posaba…
Si acaso, abraza febrero,
del almendro, bandolero;
¡oh paraíso!, antaño prado,
cuando Venus acabado,
en órbita que desvela;
nunca seguir tal estela,
si el clima suma su grado.
Un planeta creciendo a pasos
agigantados, y en mayor grado
el avance de la codicia con desprecio
al medio ambiente, me hace pensar
que pronto seguirá la estela