MANIFIESTO 1
6
Cuando se hace sombra al caer la tarde,
vuelan avecillas de rama en rama,
anhelando morada que resguarde,
del crudo frío y escarcha que se derrama;
en tanto allí, mi ánimo en delicia arde,
con bullicio entre ocaso haciendo gama,
y el drama de esta vida se diluye,
a otro día donde nueva escena fluye.
Pasa el día sin darnos cuenta,
tiempo al tiempo… nace arruga,
pelo negro ya a la fuga,
y ese instante en dulce menta,
cual fresco romance alienta,
poco a poco languidece,
como hoja seca que ofrece,
su relevo a nueva verde,
cuando cae a tierra y pierde,
el sostén donde se mece.
De esos lozanos años, poco queda;
ahora conforma abulia y sosiego,
o acaso ver hortal de mi labriego,
o sentir la dolencia que me enreda,
a la puesta del final que proceda,
sin concierto de hora ni delego,
aunque a veces pienso y digo hasta luego,
por miedo a la nada cuando suceda.
Tregua al tiempo para alargar mi espacio,