CAPITÁN O ACTOR
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Antonio Pérez
Mancha Real
No imagino vivir sin soñar. Si cuando se duerme
no se sueña, creo se produce un espacio que debe
ser muy parecido a la muerte.
Los sueños eluden la soledad rutinaria. A veces
pienso ¿soñarán los animales? Cuando veo a mi
perro caminar de un lado a otro, sin sentido, sin
rumbo; me compadezco de él, porque está solo
dentro del recinto de mi casa de campo; sin
embargo me siento aliviado, al ver otros atados al
cuello con una cadena de pocos metros. Su
carácter es objeto de real vileza, cuando
desprenden esos alaridos tan melancólicos.
Una vez tuve un sueño...siendo capitán de un
velero, me hice a la mar, sin la tripulación (con
fantasía podía maniobrar todo el barco), en busca
de la Isla de la Felicidad. Me habían comentado
que allí no se sufría. El sol era tan tibio que no
quemaba. Las noches siempre de luna llena, se
podía dormir a la intemperie, con temperatura
suave, sin necesidad de encender lumbres. Los
insectos no picaban y los dulces cantos de las aves
te ayudaban a conciliar el sueño. En cuanto a
alimentación...Allí se encontraban deliciosos
manjares.
Los primeros días, parecía gozaba del Paraíso
Celestial, pero conforme fue pasando el tiempo, se
apoderó de mi ser una terrible soledad. En
combate con mi pensamiento, no pude aguantar
más. Volví al velero, rumbo al mundo del que
partí. A pesar de que la ruta era correcta, según los
mapas de navegación; no lo encontraba, parece
como si se lo hubiera tragado el mar. Estuve
meses navegando, quizás años y los víveres
llegaban a su fin.
Ya desesperado, tal vez delirando… Me dije:
"quizás esto no sea un sueño, puede que sea la
vida después de la muerte".