Bulevar Sur Sevilla Otoño 2018

| Made in Sevilla

ARTESANOS PERO MODERNOS En Empiel, la Asociación de Empresas de Complementos de Moda y Piel, son conscientes de la mejora de la actividad en Ubrique en los últimos años debido al retor- no de las marcas que se habían ido a China y a la llegada de clientes más pequeños que apuestan por la calidad. Y si bien es cierto que hay más de cien firmas de complementos de lujo que confían en el saber hacer de estos artesanos, la mayor parte de los que llegan son pequeñas empresas vinculadas al comercio electrónico, cuya planificación es menos estricta que la de las grandes marcas de moda. Uno de los creadores independientes más internacionales es el sevillano Antonio Gar- cía Enrile, que comenzó a trabajar la piel de forma autodidacta con 14 años y fundó su taller de marroquinería y calzado en 2002. Este joven diseñador fue el único español incluido en el libro Made to Last, donde la escritora y periodista australiana Vanessa Mu- rray rinde homenaje a artesanos de todo el mundo. Los valores de la marca (calidad, esfuerzo, tesón e integridad) se reflejan en sus artícu- los, que han conquistado a clientes tan exigentes como el rey Juan Carlos o Carolina Herrera y cuyas ventas han aumentado enormemente gracias a las redes sociales e internet. La piel que utilizan tiene una serie de particularidades y no es posible encon- trarla en los almacenes tradicionales de Ubrique, ya que allí se trabaja poco el curtido 100 por 100 vegetal. Sin embargo, la compenetración entre los dos talleres es total. Hay cinturones, por ejemplo, que cortan en Cádiz y taladran y bordan en Sevilla, o es- tuches para gemelos cuya caja se forra allí y su tapa se corta y embute aquí. En su taller sevillano sólo trabajan tres personas, y en el de Ubrique entre cuatro y siete según el volumen de pedidos.

Antonio G. Enrile en su taller de marroquinería y calzado. Fotografía: Quique Gómez.

La confección de los zapatos de Enrile es completa- mente manual y requiere cuatro días de trabajo y 20 de secado, por eso sólo venden 60 pares al año. Elabora- dos por encargo con pieles de cordobán, anca de potro, boxcalf, ternera engrasada y cueros vegetales, tienen un precio de salida de 650 euros. Y aunque para el compra- dor medio parezca una fortuna, su artífice asegura que no hacen lujo sino artesanía de calidad. Aparte de sus cé- lebres zapatos, en Enrile hacen maletas, bolsos, carteras, gemelos, cinturones y correas de reloj. Lo importante para Antonio no es crear moda, sino fabricar artículos que perduren en el tiempo.

Modelo de calzado realizado artesanalmente en el taller de Enrile. Fotografía: Couché fotos.

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