Bulevar Sur Sevilla Otoño 2018

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Emilio Ferrer, Brígidaysuboda,2 ª ,BlancoyNegro, núm. 1.989, 30 de junio de 1929. Aguada, tinta, gouache y grafito sobre cartón, 325 x 251 mm. Museo ABC, Madrid.

Emilio Ferrer, Tríptico,1 ª ,BlancoyNegro, núm. 2.048, 17 de agosto de 1930. Tinta, aguada y gouache sobre cartón, 212 x 180 mm. Museo ABC, Madrid

Emilio Ferrer, Brígidaysuboda,2 ª ,BlancoyNegro, núm. 1.987, 16 de junio de 1929. Aguada, tinta, gouache y grafito sobre cartón, 345 x 245 mm. Museo ABC, Madrid

Con un estilo que se encuentra a medio camino entre el simbolismo y el art déco, el artista catalán fue también de- corador y escenógrafo. En 1928 realizó trabajos de interiorismo en el semanario, proponiendo la decoración de habitaciones para niños. Más tarde ilustró Después…, la novela bélica del escritor pa- cifista alemán Erich Maria Remarque, que el ABC publicaría por entregas en 1930. Tal era el talento y la versatilidad del ilustrador que podía pasar de la candidez infantil a lo terrible de la guerra con facilidad. Esta oposición era una constante en Blanco y Negro, que nació en 1891 con esta declaración de intenciones: «Nuestro periódico se funda en el perpetuo contraste que por todos lados se observa. La risa y el llanto, lo serio y lo festivo, lo formal y lo cari- caturesco, lo triste y lo alegre, lo grave y lo baladí, todo ese blanco y negro que nos rodea, será lo que nuestro semanario refleje, lo mismo en su parte artística que en la literaria».

En 1930, Ferrer fundó Klaxon con su colega de profesión Aristo-Té- llez. La revista era una copia de la publicación brasileña nacida en 1922 a la que Ramón Gómez de la Serna hizo su particular homenaje en Ismos (1931). Pero a pesar de contar con los ilustradores más im- portantes de la época, la versión madrileña no logró el mismo éxito que su homóloga y cerró antes de sacar el tercer número. Otra prueba del influjo de artistas extranjeros en la obra del ca- talán la vemos en sus ilustraciones para 'Canción de guerra y amor', de José Oliver Molina, publicadas en Blanco y Negro en 1931, que recuerdan a la obra del francés Jean-Émile Laboureur. En otros dibujos de ese período pueden verse similitudes con los del parisino Charles Martin, conocido por su libro sobre sombreros Les Modes (1912), y por Sports et divertissements, que publicó junto con el compositor Erik Satie.

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