Química clínica

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CAPÍTULO 2 Seguridad y regulaciones en el laboratorio

guantes con material aislante deben utilizarse para retirar la cristalería caliente de hornos, planchas de calentamiento o baños de agua. Las pipetas de vidrio deben manejarse con cuidado para evitar roturas que pueden provocar heridas, así como los instrumentos afilados como sacacorchos, agu- jas, hojas de escalpelo y otras herramientas punzocortantes. Debe contarse con un programa de inspección del material de vidrio para detectar signos de desgaste o fatiga que podrían contribuir a la rotura y lesión. Todo el material punzocortante infeccioso debe desecharse en contenedores aprobados por la OSHA para reducir el riesgo de lesión e infección. Riesgos ergonómicos Pese a que el desarrollode lamecanización y la automatización han convertido en obsoletas muchas de las tareas manuales tediosas y repetitivas, con frecuencia los procesos de labora- torio requieren la manipulación repetida de instrumentos, recipientes y equipos. Estas acciones físicas pueden, con el tiempo, contribuir a desarrollar trastornos por esfuerzos repetitivos, como tenosinovitis, bursitis y quistes gangliona- res. Los principales factores relacionados con estas alteracio- nes son la posición o postura, la fuerza aplicada y la frecuencia con que se repite el movimiento. Hay que considerar el diseño de las herramientas manuales (p. ej., pipetas ergonómicas), el uso de técnicas ergonómicamente correctas; así como la posi- ción del equipo al llevar a cabo cualquier tarea repetitiva. Los síntomas crónicos de dolor, entumecimiento y hormigueo en las extremidades pueden indicar el inicio de alteraciones por esfuerzos repetitivos. Otros riesgos incluyen la lesión muscu- loesquelética aguda. Los objetos pesados deben levantarse de manera apropiada, manteniendo la carga cerca del cuerpo y utilizando los músculos de las piernas en vez de la espalda. Aumentar la fuerza de manera gradual al empujar o tirar, y El manejo y desecho de los productos químicos y otros materiales requiere un conocimiento detallado de sus pro- piedades y peligros potenciales. Las instituciones que gene- ran desechos peligrosos tienen la responsabilidad moral y legal, definida por regulaciones locales, estatales y federales, de proteger tanto al individuo como al ambiente al eliminar los desechos. Hay cuatro técnicas básicas para la disposición de los desechos: descargar al sistema de drenaje, incinera- ción, enterrar en vertederos y reciclaje. Desechos químicos En algunos casos, es permisible vaciar al drenaje sustan- cias hidrosolubles con cantidades copiosas de agua. Sin embargo, los ácidos o las bases fuertes deben neutralizarse antes de desecharse. El laboratorio debe apegarse a las regulaciones institucionales, locales y estatales referentes a la eliminación de ácidos y bases fuertes. Los productos químicos pestilentes nunca deben desecharse por el dre- naje. La posible reacción de estas sustancias en el drenaje y la toxicidad potencial deben considerarse antes de decidir si un producto en particular puede disolverse o diluirse y luego descargarlo por el drenaje. Por ejemplo, la azida de evitar acciones de martilleo con las extremidades. ELIMINACIÓN DE MATERIALES PELIGROSOS

sodio, que se usa como conservante en materiales biológi- cos, forma sales explosivas con los metales, como el cobre de las tuberías. Numerosas instituciones prohíben el uso de azida de sodio debido a este riesgo. En todos los casos, debe verificarse con la comisión de aguas y las redes públicas de tratamiento las limitaciones específicas antes de desechar cualquier producto químico al drenaje. Otros desechos líquidos, como solventes inflamables, deben recolectarse en contenedores aprobados, segrega- dos en clases compatibles. Si es factible, los solventes como xileno y acetona pueden filtrarse o redestilarse para su reúso. Si el reciclaje no es posible, debe acordarse su elimi- nación por personal capacitado específicamente para esta tarea. El material inflamable también puede quemarse en incineradores de diseño especial con quemadores auxiliares y filtros depuradores para evitar que productos tóxicos de la combustión se transfieran al ambiente. Además, antes de su eliminación, las sustancias peligro- sas que son explosivas (p. ej., peróxidos) y las carcinógenas deben transformarse a formas menos peligrosas siempre que sea factible. Los desechos químicos sólidos que no son adecuados para incineración pueden serlo para otros trata- mientos o enterrarse en un vertedero aprobado. Nótese que, en Estados Unidos, ciertos desechos químicos son objeto de rastreo estricto “de origen a destino” por la RCRA, y hay sanciones severas relacionadas con el almacenamiento, el transporte y la disposición inapropiada de los desechos. Desechos radiactivos El modo de uso y desecho de los isótopos está regulado estrictamente por la NRC y depende del tipo de desecho (soluble o insoluble), grado de radiactividad, radiotoxi- cidad y vida media de los isótopos implicados. Siempre debe consultarse al funcionario de seguridad en caso de radiación sobre las políticas de eliminación de los dese- chos radiactivos. Numerosos laboratorios clínicos trans- fieren el material radiactivo a un receptor autorizado para su eliminación. Desechos con riesgo biológico

El 2 de noviembre de 1988, el presidente estadounidense Reagan firmó el Medical Waste Tracking Act of 1988. Su pro- pósito era (1) adjudicar a la Environmental ProtectionAgency la responsabilidad de establecer un programa para rastrear desechos médicos desde su generación hasta su eliminación, (2) definir desechos médicos, (3) establecer técnicas acepta- bles para el tratamiento y disposición de los desechos, y (4) establecer un departamento con jurisdicción para reforzar las nuevas leyes. Varios estados de ese país han implementado los lineamientos federales e incorporado requisitos adiciona- les. Las entidades adscritas a estas regulaciones incluyen dife- rentes instituciones de salud: centros de cirugía ambulatoria; bancos de sangre y procesamiento de hemoderivdos; clíni- cas que brindan servicios médicos, dentales y veterinarios; laboratorios de investigación clínica, diagnóstica, patológica o biomédica; servicios médicos de emergencias; hospitales; instalaciones de cuidados paliativos; centros de emergencias menores; clínicas de salud ocupacional y laboratorios clíni- cos; y consultorios profesionales de médicos y dentistas. AMPLE

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