Manual de Estudio

Me tocó hacer esta reestructuración y hacer la selección del gerente en mi calidad de vicepresidente de la empresa, formamos un equipo multidisciplinario, había como doce personas profesionales entre sociólogos, antropólogos, educadores, trabajadores sociales, los ingenieros agrónomos, etc. Se formó un equipo, pero este equipo como su nombre lo indicaba formaba parte de la Gerencia de Desarrollo Social para hacer desarrollo, pero no podíamos hacer desarrollo porque estábamos involucrados en un permanente conflicto, haciendo el papel de apagar fuegos del día a día. Entonces, este grupo en vez de realizar trabajo de desarrollo con las comunidades se convirtió en el equipo “bombero”, que solamente iba a atender las quejas o donde había problemas, donde había conflictos y estaba envuelto solamente en conflictos. Y en la empresa, por las propias políticas, queríamos trabajar en el desarrollo de la comunidad y no podíamos hacerlo. Entonces, en el 2001 para buscar un mecanismo mientras se trabaja en resolver los conflictos, buscamos una forma paralela: creamos una fundación, se llama la Fundación Tintaya que hasta ahora existe. Esta fundación se crea para que no esté involucrada en los conflictos y en los problemas del día a día, sino que vaya proyectando y trabajando en proyectos al corto, mediano y largo plazo, proyectos de desarrollo social. Y creamos otra estructura allí: el director de la Fundación empezó con cuatro personas. Hoy en día tiene como 20 a 30 personas trabajando en diferentes proyectos. Pero fue la forma cómo empezamos en una parte a manejar los conflictos y en otra parte trabajar para el desarrollo. Ahora, en la parte de los conflictos se veía que éstos no eran fácilmente solucionables a corto plazo, parecían imposibles de solucionar, porque las ONGs tenían una presencia muy fuerte, bastante sólida, las comunidades confiaban plenamente en ellos y desconfiaban de nosotros, y nosotros pensábamos que la asistencia legal era suficiente y tuvimos que prepararnos mucho más y más allá de la ley, entender mejor la configuración social que significaba nuestra operación, lo que impactaba a la población, y lo que la población estaba sintiendo hacía 20 años atrás, las diferentes percepciones de nuestro desempeño. Entonces, optamos en la empresa por hacer un proceso interno de revisión, de autocrítica, una especie de mea culpa, decidimos enfrentar esto buscando un proceso de diálogo responsable para solucionar los diferentes problemas sociales que pudiesen presentarse. Cuando planteamos esto a las Comunidades y las ONGs, la respuesta fue positiva por tratarse de un proceso de concertación serio y ordenado, y en diciembre del 2001 formamos la Mesa de Diálogo de Tintaya para manejar y tratar los principales problemas del conflicto.

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