ABC PROVINCIAS 12-04-2016

Editado por Diario ABC, S. L. Albert Einstein, 10 Isla de la Cartuja 41092 Sevilla

AGENDA 12-14 ABRIL

Morón de la Frontera Exposiciónde los carteles presentados al concursodel Gazpacho. EspacioSantaClara. Paradas José de la Tomasa y Tomasa hijo en «De la mismasangre».Día13,21horas.LaComarcal. Osuna Exposición «Mensajes cromático», de Antonio Sosa Román. Museo de Osuna

Coordinador: Jesús Álvarez @alvarezjesus65

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Última Pedro Hurtado, escultor

Cuando llegaba a casa, mi madre me reñía porque decía que lo dejaba todo manchado de barro. —¿Cuáles han sido sus maestros? Siendo muy joven comencé a frecuen- tar talleres en Sevilla, como los de Bar- bero Medina, Castillo Lastrucci o Pe- dro Navia en Triana y en Madrid estu- ve con Antonio Illanes. Después volví a Utrera y como empezaron a llegar- me muchos encargos, aquí me quedé. —¿Cuáles son las técnicas artísticas que más ha cultivado? —Sin duda la madera, ya que todas las maderas que caían en mis manos las convertía en santos, trabajando ma- teriales como el nogal, el ciprés e in- cluso el naranjo. Siempre me he incli- nado más por la escultura religiosa, aunque cuando teníamos la fundición también hicimos esculturas romanas y griegas que están repartidas por toda España. He trabajado principalmen- te el modelado en barro, talla en ma- dera, estofados, fundición en bronce, escayola o poliéster, siempre cultivan- do estilos que van desde el clásico, al gótico, renacimiento, barroco o neo- clásico. —Su faceta de coleccionista le ha acompañado durante toda su vida —Desde que era pequeño y cuando na- die echaba cuenta de eso, me encan- taba todo el mundo de la arqueología y de las antigüedades, siempre estaba pendiente de piezas que encontraba en el campo o que aparecían cuando tenían lugar derribos. He donado mu- chas piezas al museo de Arqueología de Sevilla, como por ejemplo un león ibérico, estelas funerarias, tablas de bronce, monedas de bronce y hasta un colmillo de mamut. Gracias a muchos de mis hallazgos, se sabe que donde está actualmente la Cañada en el Pal- mar de Troya, hubo en su tiempo una antigua ciudad romana llamada «Sia- rum». —¿Ha participado en exposiciones? —No, porque siempre he producido arte imaginero o decorativo, reproduc- ciones clásicas y neoclásicas. Ya solo en los últimos años he mostrado algu- nos de mis trabajos en exposiciones colectivas en Utrera. —¿Cuáles considera que son sus prin- cipales obras? —Realmente no hay obras principales, la totalidad de mi obra está enfocada al comercio decorativo y religioso, siempre me he considerado un arte- sano. En cuanto al mundo de la res- tauración he realizado algunas inter- venciones a imágenes utreranas.

Pedro Hurtado

ALBERTO FLORES

«Siempre me he considerado un simple artesano»

El escultor utrerano de 83 años también es un gran coleccionista y amante de la arqueología

Amante de las antigüedades, apren- dió el arte de la escultura con los me- jores y por su taller han pasado dece- nas de artistas en busca de consejo, orientación e inspiración. Es imposible abarcar en una expo- sición todo lo que significa Pedro Hur- tado, pero hasta el 17 de abril todos los que quieran acercarse a su figura pue- den visitar una muestra homenaje a este utrerano, en la que participanmás de 40 artistas y que se encuentra en la Casa de la Cultura de Utrera. —¿Cómo entró usted en contacto con el mundo del arte? —Con cinco o seis años comencé mo- delando figuritas, con el barro que se formaba cuando llovía enfrente de mi

casa. Después, con algunos amigos íba- mos a las antiguas fábricas de tejas y ladrillos que había por detrás del mer- cado de abastos y con el material que nos daban también hacía caballitos. √ Vocación temprana «Cuando era pequeño mi madre me reñía por hacer figuras de barro en casa»

ALBERTO FLORES UTRERA

A sus 83 años, el utrerano Pedro Gar- cía González no ha perdido un ápice de la genialidad que le ha acompaña- do durante toda su vida. El arte fue a su encuentro cuando todavía era un niño y modelaba esculturas en el ba- rro cuando llovía o hacía caballitos con los materiales que le daban en las viejas fábricas de tejas y ladrillos.