Bickley. Bates guía de exploración física e historia clínica

Anatomía y fisiología

EJEMPLOS DE ANOMALÍAS

graves, el sonido de las palabras se distorsiona y es difícil entenderlas, sobre todo en los ambientes ruidosos. La sordera asociada con el envejecimiento, conocida como presbia- cusia , es cada vez mayor, generalmente a partir de los 50 años.

Boca, dientes y ganglios linfáticos.  Con el envejecimiento se presentan disminución de las secreciones salivales y del sentido del gusto; los medicamentos y dis- tintas enfermedades posiblemente contribuyan de manera notable a estos cambios. La reducción del sentido del olfato y la mayor sensibilidad a los sabores amargo y salado también influyen en el sentido del gusto. Los dientes se pueden desgastar, erosionar o perder por caries dentales o enfermedades periodontales. Si una persona carece de dientes, la parte inferior de la cara parece pequeña y hundida, con arrugas pronunciadas en “bolsa de tabaco” que se irradian desde la boca. El cierre exagerado de la boca puede macerar la piel de las comisuras, estado conocido como queilitis angular . Las crestas óseas maxilares, que en otra época rodeaban los alvéolos dentarios, experimentan una resorción gradual, sobre todo en la mandíbula. Tórax y pulmones.  A medida que las personas envejecen, disminuye su capacidad para hacer ejercicio. 16 La pared torácica se torna más rígida y dura, los músculos respiratorios se debilitan y los pulmones pierden parte de su retroceso elástico. La masa pulmonar y la superficie para el intercambio gaseoso se reducen y el volumen residual aumenta a medida que incrementan de tamaño los alvéolos. Un mayor volumen de cierre de las vías respiratorias pequeñas predispone a la atelectasia y el riesgo de neumonía. La fuerza del diafragma se reduce. La velocidad de la espiración con el máximo esfuerzo disminuye de manera gradual y la tos se torna menos eficaz. Se presenta una disminución de la pO 2 arterial, pero la saturación de O 2 se mantiene por arriba del 90%. Las alteraciones óseas asociadas con el envejecimiento pueden acentuar la curva dorsal de la columna torácica. El colapso osteoporótico de las vértebras produce cifosis , la cual aumenta el diámetro anteroposterior del tórax. Sin embargo, el “tórax en tonel” resultante posee muy poco efecto en la función. Con el envejecimiento, los ganglios linfáticos cervicales se hacen menos palpables. Por el contrario, las glándulas submandibulares resultan más fáciles de palpar.

Véase el capítulo 7, Cabeza y cuello , pp. 215-302.

Sistema cardiovascular.  Tienen lugar varios cambios en los vasos del cuello, el gasto cardíaco, los ruidos cardíacos y los soplos.

Revisa los efectos del envejecimiento en la presión arterial y la frecuencia cardíaca que se describen en la p. 355.

Vasos del cuello.  El alargamiento y la tortuosidad de la aorta y de sus ramas determinan, a veces, acodamientos o flexiones de la arteria carótida en la parte baja del cuello, sobre todo en el lado derecho. La masa pulsátil resultante, que se aprecia sobre todo en mujeres hipertensas, puede confundirse con un aneurisma carotídeo , una dila- tación verdadera de la arteria. Una aorta tortuosa eleva, en ocasiones, la presión en las venas yugulares del lado izquierdo del cuello, alterando el drenaje intratorácico. Los soplos sistólicos que se auscultan en las porciones central o superior de las arterias carótidas de los adultos de edad avanzada indican estenosis por una placa ateroescle- rótica. Los soplos cervicales observados en personas más jóvenes suelen ser benignos. SAMPLE Véase la discusión sobre los soplos carotídeos en el capítulo 9, pp. 381-382.

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B A T E S . G U Í A D E E X P L O R A C I Ó N F Í S I C A E H I S T O R I A C L Í N I C A

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