Pregón de Semana Santa Joaquín Romero Murube

IOAQUIN

aox■ao

T KUBVB •

en plena juventud, poco más de treinta añ . os, un día la miró cara a cara y se fué con ella como con una novia... Yo le acompañé en aquel paseo. Fué en una tarde de julio. Había un sol maravilloso por la Puer• ta de la Carne, por la calle Arrebolera., por la Maca­ rena...

Esta misma disériminaci6n · que hemos hecho en el campo de la literatura para probar cómo el sevilla­

La muerte no conoce y trata l a muerte, pudiéramos hacerla aho­ m las clases ra en el sector de las artes plásticas y en el de la u-- sociales cé . p . . . . . tJca. ero m yo qwero cansar westra atenoon, ru

voy a faltar a westra cultura de sevillanos hablando aquí de Valdés Leal o de dan MiguelM.añara. Sus nombres solos dicen bastante. Quiero, si, hacer re­ saltar una consideración. Llega este culto a la muerte, esta sabia di spo sición del sevillano, a tal finura, a tal altitud, que aquí en Sevilla hay un título que está por encima de todos los linajes, por encima de todas las jerarquías, por encima de todas las categorías y clases sociales: el mayor tít11lo del sevillano, el timbre de más pura nobleza es corresponder a la Hermandad de la Santa Caridad. ¿Y cuál es labase fundacional

34

Made with FlippingBook - Online catalogs