Pregón de Semana Santa Joaquín Romero Murube

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SANTA

do, menos una casa de Sevilla. Y esto es intolerable. Yo sé que el Ayuntamiento hace cuanto está a su al­ cance por evitar estos desafueros, por evitar estos atentados contra Sevilla. El rico que manda construir unacasa así, o el arquitecto que la dirige, es un ene­ mig:o de Sevilla y de su Semana Santa. ¡ Cuidado, nue­ vos ricos, usureros del espacio vital de los sevillanos, que no tenéis ni cultura, ni elegancia, ni el desprendi­ miento para saber ser ricos en Sevilla!... ¡ Cuidado, señores arquitectos : que hay siete días en el año en que toda Sevilla es templo!... Y aunque nos salgamos un poco del tema, creo que es de tal interés para Sevilla y para su Semana Santa el insistir sobre estas cuestiones, que aprovecho la ocasión de hablar en público para hacerlo. Hay que cuidar no sólo las fachadas, los exteriores, sino tam­ bién la fisonomia peculiar interior de las casas. En Se­ villa van desapareciendo los patios._ Quizás más de un motivo de la psicología clásica del sevillano, qui­ zás lo que ha hecho a los hijos de aqlú un pueblo fe­ liz, lleno del santo y sano sentido de la alegria, sea esa comunión constante con el sol, con la luz y con el cie­ lo que se verificaba a través de los patios. Recuerdo una sensación infantil que nunca podrá borrarse de mi memoria. Venia yo, cuando pequefto, de mi pueblo,

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