Centenario Concurso Patios Córdoba

13 CENTENARIO DEL CONCURSO DE PATIOS

ABC DOMIGO, 2 DE MAYO DE 2021 abcórdoba.es

CÓRDOBA 1921-2021

HISTORIAS DE PATIOS

Maese Luis, 22

Luisa García se enganchó a los patios en la calle Marroquíes hace 30 años y moldea el suyo en San Francisco desde hace 27 ∑ De la linotipia a la cerámica

marquesa de Alcañices. «Luego se fue vendiendo y pasando de pro- pietario en propietario: en la época de la Segunda República fue la redacción del periódico 'El Sur', y aquí venía Federico García Lorca porque era muy amigo del director del diario, que se llamaba Fernando Vázquez», señala Luis García. Entre la vegetación destacan dos grandes limoneros colocados a modo de espaldera. Pero en ellos repara uno después que en color intenso de la fachada, en sus fron- dosos balcones llenos de gitanillas cuando el tiempo lo permite, así como en la cancela de forja, en el pavimento hidraúlico y en la gale- ría superior de columnas que for- man un singular juego de estrías. Umbrío a veces y soleado otras tantas, la casa consagrada hoy al cultivo de la cerámica conoció ayer el frenesí del reportero y la prisa de la linotipia: una mudanza de la expresión artística e intelec- tual que mantiene viva la riqueza de su patrimonio.

«AQUÍ VENÍA FEDERICO GARCÍA LORCA PORQUE ERA MUY AMIGO DEL DIRECTOR DEL DIARIO 'EL SUR', QUE SE LLAMABA

«Lo que buscaba era calidad de vida. Y un taller para trabajar y dar clases», explica la mujer una tarde de este mes de abril en la estancia descubierta del sitio en el que también tiene su domicilio, y cuyas primeras escrituras están fechadas alrededor de 1.800 y que perteneció al Mayorazgo de la

E l célebre patio de la calle Marroquíes, que el Ayuntamiento de Córdoba ha llegado en ocasiones a sacar del concurso para evitar que se llevase el primer pre- mio de un modo recurrente para desolación de sus competidores, ha sido savia de la fiesta más allá de sus muros. El caso de Maese Luis, 22, a las puertas de San Francisco, es un ejemplo claro. Al cordobés y al visitante de hoy le puede parecer que ese pueblito de calles angostas y muros de cal blanca, de tiestos azules y lavade- ros congelados en el tiempo, siem- pre estuvo allí para el deleite del extraño y del curioso. Pero no: no sucedió hasta que Luisa García, una ceramista de León, y un grupo de artesanos del que ella formaba parte, se empeñaron en que había que abrir sus puertas. Aquello solo estaba a la vista de sus inquilinos, que eran, además del inefable sas- tre y bohemio, personas mayores y artistas de diversas disciplinas. «Yo tenía mi taller allí, en la calle Marroquíes, y convencimos a los vecinos, bastante trabajo que nos costó, de que teníamos que presentar el patio al concurso municipal, y aprovechamos tam- bién para exponer nuestras obras», recuerda la mujer, que de ahí dio el salto a la calle Maese Luis, donde tiene su domicilio desde hace 27 años y que desde 26 presenta al certamen. No le ha ido mal: en este tiempo ha logrado dos primeros premios y un tercero. POR RAFAEL A. AGUILAR CÓRDOBA

FERNANDO VÁZQUEZ»

Luisa García cuidando de las plantas de su patio

VALERIO MERINO

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