ESPECIAL CARNAVAL 2021 LA VOZ 21-02-2021

ESPECIAL CARNAVAL 2021 LA VOZ 21-02-2021

S U P L EMEN TO E S P E C I A L

LA VOZ

Domingo 21 de febrero de 2021

CARNAVAL 2021 Un año de transición obligada por el Covid para rememorar coplas pasadas y replantear el futuro

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SUMARIO Carnaval 2021

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Historia

2021: un carnaval único por inexistente

Callejeras

Cuando el arte estaba a la vuelta de la esquina

Protagonistas

El Gómez, cuatro décadas repartiendo magisterio

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La fiesta, en libros y pantallas Carnaval, literatura y cine

Memoria

Coplas eternas que se quedaron sin premio

Callejero carnavalesco

El Carnaval nombra la ciudad

Difusión

Los medios de comunicación no se rinden al virus

Aniversario

El Golpe del 23-F también se dio en el Falla

Jurado

Los malos del COAC analizan el interior del Concurso

El Carnaval, en el año 1 después de la pandemia Análisis

LA VOZ DECÁDIZ Edificio Melkart Recinto Interior Zona Franca s/n. 11011 Cádiz

DIRECTOR: Ignacio Moreno Bustamante DIRECTOR: Ignacio Moreno Bustamante

Diseño: J. Carlos Rodríguez Redacción: José Juan Ramos, Nuria Agrafojo, José María Aguilera y Andrés G. Latorre otografías: Francis Jiménez, Antonio Vázquez y archivo

Coordinador: Andrés García Latorre Fotografías: Francis Jiménez, Antonio Vázquez y archivo Director comercial: Guillermo Silóniz AVISO LEGAL: Este suplemento se entrega gratis conjunta e inseparablemente con el ejemplar del día de LA VOZ

Teléfono: 956 240 900 · Fax: 956 240 920

Edita Corporación de Medios de Cádiz, S.L.U.

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Un Carnaval esencial para la Historia La suspensiónde lamayor fiesta tieneprecedentes peroningunoen los últimos 73años

Un viaje por la pandemia de 1918, la Guerra Civil, la Transición o el 23-F permite entender el papel del Carnaval como espejo de la sociedad de su tiempo :: LA VOZ CÁDIZ. El Carnaval de Cádiz es un es- pejo –a veces deformante, de feria, a ve- ces cristalino– de la realidad que le ro- dea. Un repaso a su trayectoria permite conocer, casi al detalle, cada aconteci- miento que se viviera en la sociedad en el año de cada edición... Incluso de las canceladas o aplazadas. Esta que vivimos no va a ser menos. Al contrario, va a ser más. Será un Car- naval que nadie va a olvidar. Todos los aficionados, autores, intérpretes, ar- tesanos, vecinos, todos, recordarán qué dejaron de hacer en aquel Carnaval de 2021, el que no se celebró. Probablemen- te, lamentarán, enmayor o menor gra- do, la copla que dejaron de escribir y can- tar, o escuchar, las actuaciones que se perdieron, los ratos de callejeras que nunca fueron, los encuentros con ami- gos que no llegaron, los ingresos que ja- más se produjeron. Será difícil olvidar, y también recordar sin pesar, el ya céle- bre ‘no-carnaval’ de 2021. Eso que los aficionados tienen me- nos motivo de queja que los adoradores de cualquier otra celebración tradicio- nal española. Los quemueren por su fe- ria o por la Semana Santa, por Sanfer- mines o por el Rocío van a vivir este año su segunda cancelación consecutiva. Tendrán en el recuerdo dos años sin su fiesta: 2020 y 2021. Sin embargo, los jar- tibles del Carnaval puede ser –habrá que esperar a la evolución de la enfermedad en la segunda mitad de 2021– que sólo se queden con la mitad de daño, con un año perdido: el presente. Los encajes del calendario festivo quisieron que el Car- naval de 2020 se celebrase completo, su Concurso, su calle, incluso suCarnaval Chiquito hace ahora un año. De hecho, esa última cita del tercer domingo de chirigotas al aire libre pue- de considerarse la última gran fiesta multitudinaria celebrada en España an- tes del imperio de la enfermedad. El pos- trero domingo de callejeras se vivió el 8 de marzo de 2020. Ese fin de sema- na se decretaba el confinamiento en el Norte de Italia. El lunes 9 de marzo, las imágenes de las calles, plazas y au- topistas desiertas enMilán oTurín crea- ron por primera vez el efecto de una pe- lícula de ciencia-ficción en nuestras ca- bezas. El virus, con corona, aún no re- corría las calles deCádiz porque los con- tagios aún tardarían pero el miedo era cuestión de horas. El sábado siguiente,

tor en Historia de la Ciencia de la Uni- versidad deCádiz, FranciscoHerrera Ro- dríguez, publicó en 1996 uno de los me- jores trabajos que se han hecho sobre el Cádiz de ese trágico episodio: ‘Inciden- cia social de la Gripe de 1918-1919 en la ciudad de Cádiz’. Este trabajo, publicado por la ‘Revis- ta de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias’ resulta asombroso en una lectura en el cotexto de la pande- mia vigente, en el Cádiz del siglo XXI, con el Carnaval de fondo. Las coinciden- cias, con un siglo de diferencia, permi- ten fijar la trascendencia de la mayor fiesta gaditana como termómetro y tes- tamento de la realidad social de cada época. En la página 462 de esta tesis, de este ensayo de impactante poder peda- gógico, FranciscoHerrera detalla por pri- mera vez la conexión de la epidemia y el Carnaval: «El Teatro Principal tam- bién fue motivo de polémica, ya que la prensa conservadora, entre otras cues- tiones reprochó al inspector provincial de sanidad no haber redomendado el cierre del mentado teatro, hecho que reconoce el propio Rodrigo Lavín [el ins- pector provincial] en el siguiente párra- fo: Es cierto, sí que mi plan sanitario de defensa contra la gripe adolece de algu- nos defectos y entre ellos el que consi- dera como máximo el ‘Diario Conser- vador, que es no haber informado a su tiempo y en sazón oportuna sobre la ne- cesidad de proceder al cierre del Teatro Principal por motivos sanitarios o im- pedido su apertura». Terrible paralelismo Cualquier lectura rescata los paralelis- mos que la celebración del Carnaval deja en la historia: la conveniencia de cerrar teatros e impedir concentraciones, los reproches de ciudadanos ymedios a las autoridades por hacerlo con retraso o no informar con claridad de la situación... Nada nuevo bajo el sol de febrero, aho- ra como en 1918. La tesis de Francisco Herrera ahonda en la celebración del Carnaval como es- pejo de la situación social, como suce- de hoy: «Como vemos, la convivencia diaria por diversas circunstancias (mie- do, normas, prohibiciones, lazaretos...) se ve alterada. También el divertimen- to que en Cádiz tiene un apogeo consi- derable con el Carnaval, va a tener sus de los 80 es el último gran hito social de una fiesta rebelde y visionaria El esplendor de la chirigota callejera, con protagonismo de la mujer, desdemediados

Majorettes y cabalgatas de las Fiestas Típicas, en una exposición en Diputación.

Hospital de campaña durante la mortífera epidemia de gripe de 1918 y 1919.

14 de marzo, el Gobierno decretaba el Estado de Alarma, se suspendía la acti- vidad docente, empezaban los cierres comerciales, las limitaciones de movi- lidad, el teletrabajo, el confinamiento... El resto es una historia que todos tene- mos presentes porque sigue en curso. Aquel Carnaval Chiquito fue la última celebración de la vida en común que tendríamos en mucho tiempo. El silencio El ‘no-carnaval’ que ha llegado tras un año de pandemia también será un refle- jo exacto de una etapa. La sociedad, casi todos los individuos, han cancelado un gran parte de sus vidas. El Concurso del Falla, las decenas de chirigotas calleje- ras, los disfraces, las cabalgatas, los ta- blaos, el resto del programa... Todo can- celado. Como los encuentros familia-

res, lamúsica en directo, la Navidad, los viajes, la Semana Santa, el cine, las va- caciones como las entendíamos, las ci- tas más comunes o el contacto entre se- res humanos. Así que el Carnaval es tes- tigo de esta situación. Cuando los his- toriadores revisen dentro de unas déca- das qué pasó aquel 2020 de la famosa pandemia, aquel Carnaval de 2021, en- contrarán la parálisis que también es un retrato fiel, exacto de la suspensión de la vida por la confirmación de la fra- gilidad humana. No es la primera vez que sucede pero sí la más grave. Si se incluyen las Fies- tas Típicas Gaditanas (el carnaval del Franquismo a final de primavera), no se había producido una paralización total desde 1947. La primera suspensión, par- cial, fue en 1919, con una situación lla- mativamente similar a la actual. El doc-

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cisco Franco que abría tres años de de Guerra Civil. Desde 1937 hasta 1947, el Carnaval estuvo prohibido por decreto de un gobernador llamado Luis Valdés. Alguna copla se cantaba en privado, en lugares cerrados, pero sinmás, con luto y miedo. En 1947, la tragedia de la ex- plosión del almacén deminas de San Se- veriano, con más de cien muertos, lle- vó tal tristeza a la ciudad de Cádiz que otro gobernador, Carlos Rodríguez de Valcárcel, accedió a las peticiones de va- rios coristas encabezados porMacías Re- tes. Primero se permitieron varias ac- tuaciones veraniegas, a modo de galas, pero calaron con tanta fuerza que se afianzaron como cita anual. Con todo tipo de corsés, censuras y li- mitaciones, la fiesta se fue levantando y veinte años después ya eran algomuy similar a lo que se conocería hasta el úl- timo tercio del siglo XX (hasta la apari- ción de la televisión, el turismomasivo y, al cabo, internet). Creció el Concur- so, apareció la leyenda de PacoAlba y la comparsa, luego los grandes autores, el nacimiento del cuarteto (1973), sin pau- sas por guerras ni enfermedades. Aunque sí con un cambio esencial. En 1976 se celebran las últimas Fiestas Tí- picas. Con la muerte de Franco, el oto- ño anterior, y la Transición, el Carnaval soltaba sus ataduras y regresaba a febre- ro. El coro que fuera ‘Los dedócratas’ y ‘La Guillotina’, lleno de jóvenes estu- diantes que luego serían esenciales como autores y promotores de la explosión de las chirigotas callejeras, celebra incluso un entierro público de las Fiestas Típi- cas. El coro resucita, la chirigota explo- ta en 1982 con el fenómeno de ‘Los cru- zadosmágicos’, la primera chirigotamo- derna. Entre 1986 y 1988 aparece el ger- men de las callejeras, los primeros gru- pos que no concursan, entonces eran dos o tres, ahora son centenares. ‘Los bus- caoros’, ‘Los morasos de la sultana de coco’, ‘Los secuestradores de la peque- ñaMelody’, ‘Autopista hacia Benalup’... En 1981, se retransmitió por primera vez a escala regional, por televisión, la Gran Final del Concurso de Agrupacio- nes. Ni el amago de golpe de estado de Tejero, el 23 de febrero de aquel año, in- terrumpió las sesiones. Tras ocho años con RTVE (a través del circuito regional de Telesur) llegóCanal Sur y la difusión masiva, la exportación. La aparición de una nueva generación de autores (Gar- cía Cossío, Martínez Ares, Juan Carlos Aragón...) hace saltar todas las fronte- ras. Grandes estrellas, de Cantinflas a Sabina, de Alejandro Sanz a Rocío Jura- do, protagonizan pregones. EnCádiz, la chirigota callejera se afianza, deslum- bra, se multiplica y provoca una par- ticipación de la mujer –de forma natu- ral, sin anuncios ni gestos– desconoci- da en la fiesta hasta entonces, descono- cida aún en el Concurso. Actualmente es casi mayoritaria respecto al hombre. El Carnaval crece, brilla, apasiona, gana adeptos en todas partes, pare im- parable. Hasta que paró. En marzo de 2020 y hasta febrero de 2021, como todo, por un virus microscópico. Así de pequeñas, de frágiles, son hasta las gran- des fiestas.

Pregones de grandes estrellas, como Alejandro Sanz en 2005, marcan la etapa del Carnaval como fenómeno de masas.

trabas y limitaciones. En el seno del Ayuntamiento se debate, en febrero y marzo de 1919, la suspensión de las ci- tadas fiestas. La lectura de las actas ca- pitulares nos deja entrever que dos ra- zones se barajan en torno a esta deci- sión: el estado sanitario de la población y sobre todo las huelgas existentes en la ciudad». Esos dos motivos, coincidentes, for- man el argumento del gobernador civil, José Bono, en el bando anulaba el Car- naval de Cádiz de 1919: «Quedan prohi- bidas en esta ciudad las fiestas de Car- naval al aire libre, el uso de disfraces y de caretas, así de día como de noche, y en general todos aquellos actos que in- tegran los referidos festejos (...) debido a las anormales circunstancias por las que atraviesa la ciudad, así en orden a los intereses sociales como en lo tocan- te a los de salud pública». En el texto de Herrera, plagado de do- cumentos de la época, se observan de- bates tan familiares como el cierre de Tuvo que mediar la tragedia de la explosión de 1947 para poner fin a diez años sin Carnaval o sucedáneos La presión de Macías Retes, entre otros, permitió recuperar las coplas que ya no callaron... Hasta 2021

‘Las molondritas’, primer grupo de mujeres en participar en el Falla en 1981.

la capital gaditana». El gran pico, la gran ola –por usar terminología actual– se produjo en Cádiz por tanto en el el si- guiente invierno a esa entrada de 1918: de enero a marzo, pleno Carnaval. Esplendor y guerra La suspensión de 1919 quedaría olvi- dada al año siguiente. La enfermedad re- mitió de forma natural, por inmunidad colectiva, y el Carnaval reapareció en 1920 con esplendor. En esos años de con- vulsión política y breves repúblicas, la fiesta gaditana vive uno de sus mejores periodos, con agrupaciones inolvidables, coplas que han sobrevivido en transmi- sión oral de los aficionados y autores como Manuel López Cañamaque o un, aún incipiente, José Macías Retes. En 1936 llegó el nuevo golpe. El Carnaval de ese año se celebró en febrero connotable normalidad, sin pre- ver la desgracia que se avecinaba. El ve- rano siguiente, 18 de agosto, llegó el gol- pe de estado liderado por el general Fran-

centros educativos, la conveniencia de limitar los desplazamientos entre ciu- dades, la posiblidad –muy polémica– de crear barracones en las afueras (Puertas de Tierra) para los infectados... La ma- yor diferencia estuvo en la falta de avan- ces médicos, de vacunas y fármacos. Ramón Gómez de la Serna, en su li- bro ‘Moribundia’, recuerda que el trata- mientomás común era ¡el azúcar!: «En algunos cines, enAlemania, durante la pandemia, daban con la entrada siete terrones. El caso era fortificar al enfer- mo, darle resistencia». Ignacio Trillo, en suweb sobre histo- ria política recoge otros documentos de la época que permiten aclarar las fechas de expansión en aquel precedente: «La pandemia parece que tuvo entrada en esta zona geográfica [provincia de Cá- diz] por Gibraltar, propagándose paula- tinamente desdeAlgeciras –donde apa- recieron los primeros brotes entre sol- dados en el verano de 1918–, atravesan- do las sierras, hasta afectar inclusive a

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Arriba, izqda, Ana López Segovia. Alejandro Leiva, en el centro, con uno de los tipos de la chirigota del perchero. A la dcha, Salvador Fernández Miró en el Concurso de Romancero.A la izqda, la última edición del Carnaval Chiquito. :: LA VOZ

Cuando las callejeras pierden sunombre Algunos de los chirigoteros sinnormas narran el inédito febrerode silencio

Confiesan la gran tristeza general por el motivode la suspensión y revisan el ritual más brillante, transversal y creciente de la fiesta gaditana :: LA VOZ CÁDIZ. Hubo un tiempo, muy, muy le- jano, en el que unCarnaval se alzaba jus- to cuando terminaba el Concurso del Fa- lla. A la sombra de las calles estrechas del casco antiguo o ya cuando empieza a caer la tarde, aparecían grupos de dos o quin- ce, a cantar coplas anormales, ajenas a lanorma y lanormalidad. Escritas enpoco tiempo, ensayadas a lo justo y cosidas con amistad, con complicidad entre los que las cantan y los que oyen. Hubo un tiem- po, muy lejano, en el que al caer el últi- mo telón en el Falla se proclamaba el efí- mero reino de la chirigota callejera, de la letra sin corsé ni puntos, golpe improvi- sado e irreverencia. La esencia de esta for- ma de vida que brotaba, por febrero. Los involuntarios pioneros de los pri- meros años 80, los primeros que pusie- ron rumbo a cualquier sitio sin coger ‘ca- minito del Falla’ tuvieron descendencia. Familia numerosa en los últimos años. Un fenómeno sinmás límite que el que ellosmismos semarcan. Tomaban las ca-

lles del centro desde el Sábado deCarna- val hasta el Domingo de Piñata, y con la idea premeditada de tener prórroga diez días después delMiércoles deCeniza, en el Carnaval Chiquito. Su carácter anár- quico impedía enumerarlas. Desde prin- cipios de siglo, sunúmero se hamultipli- cado, incluso hasta la masificación. Las hay célebres y aplaudidas (incluso hacen bolos), las hay sobre tododemujeres (nin- gún otro apartado del Carnaval ha incor- porado la igualdad a la participación con tanta fuerza), de jóvenes, de puretas, de la provincia, de gaditanos que trabajan fuera y vienen a lo justo. Las ilegales o ca- llejeras, las chirigotas sin reglas, se han convertido en un pilar esencial, brillan- te, transformador y libérrimo, de la ma- yor fiesta gaditana. Pero como todo, en el Carnaval y en la vida, se ha parado.Ahora parece algomuy lejano, algo que se quedó allá por marzo de 2020, atrapado en un ente desconoci- do y gris, temido y añorado, que se llama «normalidad». Este añonoha existido ca- lle. Sus integrantes y sus seguidores las añoran. Puede que la pausa sirva para la reflexión pero las palabras de algunos de sus protagonistas dejan claro que, sobre todo, hay tristeza, nostalgia. JoséManuel Fedriani, desdeKentucky (EE UU), donde vive desde 2018, resu- me la sensación de su grupo, conocido

salir en 1994, porque aquel grupo se di- vidió. Empezó después con unas amigas, en otro formato, más pequeño. Llegó in- cluso el Premio de laCrítica de laAPCcon ‘Las muñecas de Marín’. Sin parar hasta 1994, cuando la enfermedad de un fami- liar la desanimó. Después, en 2014, «es- taba de baja y no pude, me subía por las paredes». Sus recuerdos le hacen incluir una reflexiónsincera a lamelancolía: «No sé si esmás triste dejar de salir cuando no puedes por algún problema personal, tú sola, que lo que ha pasado este año, que- no hayCarnaval para nadie y, por desgra- cia, lo asumes, lo ves venir». Con todo, su inquieto talento no ha podido resistir: «Le pedí unos pregones chiquititos a unos amigos, para que me los mandaran porWhatsApp. Han res- pondido maravillosamente, conmucho ingenio todos, algunosmuy emocionan- tes, con pellizco...». Admite que con su pareja –otro calle- jero legendario,AntonioMato– tenía pen- sadopara este frustrado año formar el dúo ‘Los eméritos’, aunque ya no sabe si guar- dará la idea para 2022 «porque escribimos poco tiempo antes y las cosas cambian mucho». Miguel Albandoz, de la chirigo- ta del parchís, aporta un punto de vista diferente, enriquecedor, el de una perso- na que lleva poco tiempo saliendo: «Sólo he salido seis años pero hay sensaciones

como ‘la del ukelele’ por el tipo que lle- varon una vez: «El Carnaval se vive este año enmedio de toda la tristeza de la si- tuación. Un gran vacío y, desgraciada- mente, todos con cosas más importan- tes de las que ocuparnos. Lo peor fue a partir del viernes que habría sido de la Final, la semana de Carnaval. Te acuer- das de sitios, demomentos y te da un ba- jónmás gordo. Ayuda la esperanza de re- cuperarlo cuanto antes». Tiempos tristes, en todas partes Alejandro Leiva, de la celebérrima chiri- gota del perchero, se toma la abstinencia con humor forzoso, «conmásmono que un enganchado al caballo en los 80. Per- sonalmente no lo estoy llevando muy bien. Sonmuchos años con una serie de rutinas que acababan con esa catarsis co- lectiva que es el Carnaval. Esa sensación de terminarlo con todas las pilas cargadas para aguantar todo el año de estupideces puesme va a faltar. Con decir queme he comprado hasta un taladro… ¡Un tala- dro!». Lleva saliendo ininterrumpida- mente desde 1999. «Es decir, 22 carnava- les consecutivos escribiendo, interpre- tando, cantando, disfrutando…». Coqui Sánchez, profesora, actriz, es una leyenda del Carnaval en la calle. Des- de que debutara enuna chirigota de ami- gos y parejas, en 1985, sólo ha dejado de

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que se echan en falta, no ahora, en febre- ro, sino desde el final del verano. Enmi caso, la rutina de convertir en cuplés las pamplinas que se me ocurren en el día a día. Ver cómo va tomando forma la chi- rigota cerveza tras cerveza, digo, ensayo tras ensayo. Y, ya en la semana deCarna- val, ir a currar habiendo dormido muy poco y sintiendo en lo alto el turbante o la chistera aunque no lo lleve puesto». Confiesa que fue de los que propuso una idea de tipo, o alguna copla. Todo adaptado a las circunstancias pandémi- cas: «Enoctubre propuse a la chirigota un tipo de andar por casa y algunos cuplés con idea de hacer algo virtual o telemá- tico. Pero digamos quemi propuesta ob- tuvo un éxitomás bien discreto». Salvador FernándezMiró, un referen- te en la historia del romancero y la calle, añade su visión comomédico: «Estoy tan acostumbrado a los cambios radicales que sugerimos desde hace un año, que nome ha supuesto ningún esfuerzo acostum- brarme a no tener Carnaval». Como to- dos los chirigoteros y romanceros que ha- blan, desdramatiza la situación porque las fiestas han pasado a estar a la cola en las preocupaciones de todo elmundo: «La sensación de pérdida triste sólo ocurre cuando salgo desaparece para siempre y no es el caso. Ya nos desquitararemos». Ana López Segovia, otra de las chirigo- terasmás apreciadas, actriz ydirectora de teatro, ganadora de un premioMax por suúltima obra con ‘Las niñas deCádiz’ ad-

que salir, si se puede, si nos dejan, cele- braremos como siempre». Coqui Sánchez añadeunmatiz: «Por el hechode que este año tengas privación de alegría no vas a tener el doble de alegría el año que vie- ne, o el otro, creo que esono funciona así. Loque sí puede ser es que valoremosmás. Pero en el Carnaval como en cualquier apartadodenuestras vidas». Fedriani tam- bién se apunta a enfriar las expectativas: «Creo que saldremos todos de esta situa- ción conmuchas más ganas, en el futu- ro, cuando se pueda, pero no creo que se vayan a dar muchos cambios». En el Carnaval del Concurso del Falla, en este año de suspensión se ha creado un debate sobre la necesidad de ajustar el certemen aprovechando la pausa for- zada por la alerta sanitaria. La calle, aque- jada también de una notable masifica- ción, evita caer en esamisma discusión, no la cree necesaria. Todos los preguntados admiten la gran cantidad de grupos en las calles, a ratos problemática, pero rechazan cualquier opción de regular de cualquier forma por ser contrario a la naturaleza del Carnaval de la calle. Confían la suerte de este fe- nómeno deslumbrante al respeto común, a la complicidad entre grupos. Fernán- dezMiró, en cambio, semuestra crítico: «Hace algunos años que no salgo de ro- mancero. La calle estámuy complicada». Y lanza un aviso, casi una pregunta: «O nos organizamos nosotros o tendremos una anarquía impuesta desde fuera».

mite sinvacunaque loestá llevando«mu- cho peor de lo que imaginaba. Pensé que al quedarme enMadrid iba a distanciar- me de la tristeza, pero fatal. Mi marido y yo vagamos por la casa como almas en pena... Un desastre». Aunquematiza que la pena chirigote- ra es absolutamente secundaria: «Es im- posible disociar cualquier suspensión o aplazamientodel dolor de este drama que estamos viviendo. Se acumula todo.Creo que ninguno nos esperábamos llegar así a este febrero. Sabíamos que iba a haber restricciones, que seguiríamos conmas- carillas, perono pensábamos que íbamos a estar, casi, enel puntodepartida. La tris- teza de habernos quedado sin Carnaval simboliza la pérdida de la pura alegría de vivir. Es global, claro, no solo deCádiz». «Estoy viviendo todos estos días con la tristeza que tiene uno en el corazón el lunes que sigue al domingode piñata:me- lancolía, paso del tiempo, añoranza... Esto es como una inmensa resaca, pero sinha- ber estado de fiesta», resume. Y cuandopodamos ¿Quévendrá? Por pura supervivencia psicológica, es imposible mirar al futuro, el Carnaval de 2022, o el de 2023, pisar las calles nue- vamente... En el apartado de la esperan- za, también impera la sensatez. «La ver- dad es que a estas alturas yo estoy ya en ‘modo Las Grecas’: prefiero no pensar, prefiero no sufrir», afirmaAlbandoz so- bre lo que vendrá.

Alejandro Leiva cree que «el Carnaval de la calle saldrá de esta suspensión tem- poral como entró. No va a estar nimenos ni más masificado. No va a ser mejor ni peor que otros años en la calidad de sus repertorios. Por lomenos en cuanto a sus agrupaciones. Eso sí, el primer Carna- val que se pueda disfrutar va a tener los efectos colaterales de todo lo que se ha prohibido y luego se permite, como cual- quier fiesta postpandemia. A ver quién se va a acostar en esa semana…». Ana López Segovia se queda con la en- señanza de que «si algo hemos aprendi- do de todo esto es que no sirve de nada hacer planes. No tengo ni idea de cómo estaremos en 2022, me da miedo hasta imaginarlo. Saldremos como tengamos «La tristeza sólo ocurre cuando algo desaparece para siempre y no es el caso. Nos desquitaremos» «La calle no va a ser mejor ni peor cuando vuelva el Carnaval, al menos en cuanto a las agrupaciones»

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«Esmás fácil cambiar la Constitución queel ConcursodeCarnaval del Falla» JoséManuel Gómez ‘El Gómez’ Autor, Romancero, Chirigotero, Corista

Es, conEmilioRosadoy otros de suquinta, cocreador del Carnaval actual: claveen el nacimientode las callejeras, del Carnaval Chiquitooenel resugir de coroy romancero :: LA VOZ CÁDIZ. Retirado de suprofesióndocen- te tras 40 años de carrera inninterrumpi- da, y apartado delCarnaval tras unperio- do similar, hay distancia y perspectiva. Su carácter reservado leha convertido en unpequeñomisterio de la fiesta. Los afi- cionados más jóvenes han oído hablar algo de él, todo confuso. Los de media- na edad le han admirado entre dudas so- bre suaportación¿Estoera suyo? ¿Yaquel cuplé? Los expertos saben que es un au- tor a la altura de losmás grandes de todos los tiempos, pero sin su celebridad. JoséManuel Gómez (Cádiz, noviem- bre de 1957) lo explica con pudor y sen- cillez. Casi todo fue a medias con Emi- lioRosado. Siempre ha escrito con cierta informalidad, en grupo, en colaboración con amigos, los Mato, los Padilla, Paco Leal oFernándezMiró, PacoMesa yotros tantos. No pretendían crear escuela. Sólo soñabanconhacer elCarnaval que les gus- taba cuando eran estudiantes yno el que se encontraron en la oscura Transición, lleno demiedo y limitaciones. ElGómez –en compañía de otros– no hizomás, ni menos, que poner el sueño en pie para dejarlo a las siguientes generaciones. Le- vántate y anda.Connaturalidad, por gus- to, él y otros de su edad crearon las ilega- les, esa parte imprescindible, troncal, des- lumbrante ahora. Parieron el Carnaval Chiquito, travesura convertida en fecha fija (laúltima fiestamultitudinaria enEs- paña, el 8 demarzo de 2020). Estuvo en la recuperacióndel coro, en la resurrección del Romancero, casi per- dido y ahora vigente. Ha firmado –ame- dias o entre varios– algunos de losmejo- res cuplés, tanguillos, rumbas o popurrís de la calle y elConcurso durante 42 años. Dio forma y literatura carnavalesca a pre- gones... Desde 1977 hasta 2019ha estado en todo, en todas. De acuerdo, que con otros y sin proponerse nada. Pero los li- bros de la fiesta diránque fue esencial. Le darán ese mérito: representar a una ge- neraciónque entregóa la siguiente elCar- naval que amaba y soñaba. -En todo lo que ha vivido deCarnaval, habrá vistode todopero seguro queno podíaesperar queunañoseparase todo. Lo que no han conseguido el poder, la religióny las guerras encasi 80años ha sucedido ahora con una enfermedad

-No. Yo llevo ya bastante tiempo alejado de esta actividad. Solo saqué un roman- cero hace un par de años por darle una sorpresa ami hijo especialmente. La ver- dad es que ya nome atrae tanto pormu- chos motivos: el cansancio acumulado después de tantos años, el aguante fí- sico ya no es elmismo y tanto elConcur- so como la calle nome atraen como an- tes. Enverdad, nosotros salíamos porque como aficionados echábamos demenos loquenosotros terminamos sacando. Sin embargo, hoyhayunmontónde agrupa- cioneshaciéndolobastantebienynoecho demenos nuestra participación. -Unade las ideasmás comentadas enes- tos días es que lapausapuedevenir bien para revisar elConcursodel Falla ¿Cree que se aprovechará? ¿Quénecesitaría? ¿Tiene remedio? -Uf, veo difícil poner de acuerdo a tanta gente involucrada con puntos de vista e intereses tandistintos. Esmás fácil cam- biar laConstitución que el Concurso del Falla. En primer lugar habría que tener claro qué es lo que está bien y qué es lo que hay que remediar. Este Concurso siempre fuede la ciudadyelAyuntamien- to, en su nombre, era el responsable de organizarlo. Se lo quitó de encima en sudía para evitar las críticas y, hoy, inten- tar retomarloparahacer cambios de cual- quier tipo le será difícil. Nadie quiere re- sultar impopular gobernando. -AlmargendelConcurso, ya en la calle ¿cómo cree que saldrá el Carnaval? ¿Comparte la idea de que se retomará conmás alegría, con ganas y hambre atrasadas en 2022? -Quiero pensar que sí, pero todo depen- derá de cómo nos deje de maltrechos la dichosa pandemia. Supongo que los re- pertorios irán repletos de letras alusivas a lo que estamos viviendo, faltaría más. Y también nos reiremos con algunos re- pertorios que puedan traer letras que se hayan quedado tela de antiguas. Pero se- guro que se volverá con una alegría des- bordante, conmás ganas que nunca. -Su relación como integrante de coro y chirigota, comoautor y romancero, tie- nemás de 40 años desde aquella etapa dedócrata y cruzada, desde las prime- ras callejeras. Se ha jubilado en su pro- fesión ¿Y del Carnaval? -Del Carnavalme jubilémucho antes. El trabajo era una obligación y tenía que aguantarme, pero el Carnaval es una afi- ciónque se puede dejar cuandounoquie- ra. Nunca me gustó salir por inercia y, como ya digo, dejó de atraerme por un lado; y por otro, la gente joven ha toma- do el relevo con gran acierto y entusias- mo. Fíjate si no me hace falta salir, que después de estar bastantes años sin sacar

Como ‘El comisario Villarejo’ en su último romancero de 2019. :: L. V.

¿Cómo vive este febrero inaudito? -Como todo Cádiz, me imagino, con re- signación.Aunque sepamos que es lome- jor para la salud de todos, se siente por la gente que le pone tanta ilusión a la fies- ta y por aquellas personas que enmayor omenormedida se buscan la vida enCar- naval, que tanta faltahace ennuestra tie- rra. Esperemos que esta sea la única vez que tengamos que suprimirlo... Hay mu- chas fiestas enEspaña que llevandos sus- pensiones seguidas. Hay que entender que cuanto antes acabemos entre todos con esta pandemia antes volveremos a disfrutar. -¿Tenía previsto colaborar con alguna chirigota, salir con un romancero en este 2021? ¿Leha frenadoalgúnplande Carnaval esta situación?

«Semeotorga unméritoque no tengo: la mayor partede las letras que seme adjudican no las escribí solo sino con mi amigoEmilioRosado» «En todos los grupos en los quehe estadoha primado la amistad, la colaboración... Se me adjudican letras quenohe escritoy, a otros, letrasmías»

ESPECIAL

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CARNAVAL

TRAYECTORIA (*CON EMILIO ROSADO)

nada todavía hay gente queme atribuye muchas de las letras que escucha en dis- tintas agrupaciones. No tengomás reme- dio que reírme con estas cosas ¡Qué de ‘entendíos’ hay en estemundillo! -Muchos aficionados consideran que ustedha sidounode los grandes impul- sores del Carnaval en la calle, con sus propias obras o contribuyendo discre- tamente con las de amigos y muchas otras ¿Sientequehacolaboradoencrear el fenómenoque es la chirigota calleje- ra en la actualidad? -Amí seme otorgaunméritoqueno ten- go. La mayor parte de las letras que me adjudican no las escribí yo solo sino con Emilio Rosado, mi amigo desde el insti- tuto. En todos los grupos en los que he participado han primado la amistad y la colaboración de bastante gente. Quizás vivimos una época individualista y eso ha derivado en las agrupaciones de pro- tagonistas, de autor, y a mí me han eti- quetado como la chirigota o el cuarteto del Gómez. Se me adjudican letras que no he escrito y a otros, letras mías. En cuanto al Carnaval de la calle, es cierto que nosotros fuimos de los primeros en salir conun estilo desenfadado y alejado de todas las normas. Pero no lo hicimos con el ánimo de impulsar nada, solo con la intención de hacer lo que nos diera la gana. Está claro que gustó, eso cundió y sirvió de modelo para todo lo que vino después yqueha desembocado en lo que hay en la actualidad. Si creamos escuela fue sin querer. Varios eramos maestros, maestras, y bastante teníamos conel tra- bajo del cole. -¿Ha crecido el Carnaval de la calle de- masiado? ¿Padece un exceso de agru- paciones? ¿Hay forma de regular una fiesta que, por naturaleza, debe carecer de normas y limitaciones? -Del 77 ahoy elCarnaval ha tomadounas dimensiones insospechadas por aquel en- tonces, parabienoparamal segúnsemire. La televisión, primero con la TVE regio- nal y luego conCanal Sur, ha ido trans- formandonuestra fiesta, primero elCon- cursoy luego la calle. EnelConcurso, an- tes había 20 agrupaciones de Cádiz y al- gunas de la Bahía. Hoy la mitad son de fuera de nuestra ciudad y el público del teatro casi en su totalidad. Cada vez es más Carnaval enCádiz ymenos Carna- val deCádiz. No soy el único que entien- de que nuestra fiesta es cantarle a tu tie- rra lo que sientes, tus penas y alegrías, a nuestra forma, connuestra gracia ynues- tra malaje. Por eso creo que el Carnaval solopuedenhacerlo los gaditanos. Noen- tiendo como una agrupación de un pue- blopueda venir aquí enel autobús con su alcalde y nos imite criticando en sus le- tras aTeófila o al Kichi. Esoya lohacemos nosotros y nos sale de verdad. En eso no pueden competir. Ellos deberían criticar a sus políticos ypiropear sus bellos rinco- nes, no tantaViña y tantaCaleta. Serían más creíbles. Por esto, pienso que se po- dría separar el Concurso, que no las fun- ciones, como antes y establecer distintos premios para Cádiz, provincia, Andalu- cía y resto de España, o algo parecido. En los festivales de cine, por ejemplo, hay premios diferentes para películas nacio- nales y extranjeras.

-La calle no es ajena a ese crecimiento -En la calle el crecimiento ha sido enor- me tanto de público como de agrupacio- nes, aunque estas mayoritariamente si- guen siendo deCádiz, almenos entre se- mana por cuestiones de desplazamien- to. El exceso de público se suele apiñar en seis o siete rincones ymuchas veces resulta imposible asumirlo tanto por las agrupaciones, por el ruido, como por los bares, provocando el fenómenode las ba- rricadas en las puertas: bebidas sí, pero entrar al serviciono. Pienso que esto po- dría aliviarse conuna buenaplanificación implicando a las agrupaciones y a la hos- telería, extendiendomás elCarnaval por el casco antiguo, convocando al público ennumerosos puntos almismo tiempo. Denada sirvehacerlo cada día enunpun- to diferente, hoy en LaViñamañana en El Pópulo... La concentración es excesi- va. EnSemana Santa haymás público en la calle yno se formanestas aglomeracio- nes, porque hay cuatro o cinco procesio- nes al mismo tiempo y se encuentra la gente dispersa por todo el casco antiguo. Además creo que la calle debería diversi- ficarse un pocomás y no basar la oferta solo en las agrupaciones y las coplas. Una opción sería aprovechar el espacio del muelle como se hace cuando hay una Gran Regata ymontar allí varias carpas conactuaciones dediferentes estilos para todo tipo de público. -Ahora el más conocido es su hijo. Us- tedha contribuido a cambiarmucho el Carnaval de laTransición, el que cono- cióen suetapade estudiante ¿QuéCar- naval le gustaría que dejara su aplaudi- dohijo, junto a decenas de chirigoteros de esa generación, a la que venga? -Ami hijo le estuve quitando las ganas y prohibiendo que saliera mientras es- tuviera estudiando, porque yo sé lo ab- sorbente que es esto. Pero cuando cum- plió 22 ó 23 años ya no pudo más y se lanzó a hacer lo que le dio la gana, como está ‘mandao’. Por lomenos pudo termi- nar sus estudios. Me gustaría que ellos hicieran como nosotros, continuar con nuestroCarnaval tan singular, relevar a los quenos precedieron tratando deman- tener la esencia, expresarse de estama- nera tan genuina a través de nuestras co- plas lo más cerca posible de la gente de Cádiz, tanto a la hora de cantar como con las músicas y letras, procurando no caer en todo aquello que sea innecesa- rio. Y sobre todo, que no se vuelva loco con el Carnaval (ríe). «Sepodría separar el Concurso, queno las funciones, como antes, condistintos premios para Cádiz, Provincia, Andalucía...» «Es ciertoque fuimos de los primeros en salir a la calle sin normas. Está claroquegustó, cundió, perosi creamos escuela fue sinquerer»

1977. Componente del coro Los dedócratas (primer premio)

el cuarteto callejero Las azafatas del Palacio de Congresos. Elabora el texto del Pregón de Paz Padilla (su cuñada) 1999. Letra de parte de la chirigota Los pofesionales (segundo premio). Letra del romancero Juan Sebastián de Elcano (primer premio), interpretado por Manuel y Luis Padi- lla. Letra del romancero D. Selvático Achicoria (segundo, interpretado por Salvador F. Miró. Algunas letras de la callejera Los guillermitos 2000. Letra* de pasodobles, cuplés, parte de la presentación y parte del popurrí de la chirigota Los tontunos (primer accésit o quinto premio). Letra del romancero Rafael Alberti, que estás en los cielos (primer premio), interpretado por M y L. Padilla. Colabora* en la letra de la callejera El sarna Ramón (Los curas de pueblo) 2001 Parte de la chirigota Festival de Cannes (sin premio). Letra* de cuplés y presentación de la callejera Los fantasmas. Adaptación de la letra del romancero Lo que el ojo no ve (tercer premio), de Antonio Márquez y Sole Padilla 2002 Parte de las letras de la chirigota ¡Ojú, ya saltó el levante! (primer premio). Letra* de parte de la callejera Los alegres divorciados 2003 Coautor letras de la chirigota (Ay qué malito estoy y que poco me quejo! (primer premio). Letras * de un par de canciones, un pasodoble y cuplés de la callejera Los sibaritas. Letra del romancero Nerón (segundo premio), interpretado por Salvador F. Miró 2004 Coautor de la chirigota No somos nadie (segundo premio). Letra* de parte de la chiri- gota Los bajancias, fuera de concurso. Colabora en la letra del romancero El Marqués de Sade (Primer premio), interpretado por Paco Pérez Mesa. Letra del romancero El pirata (fuera de concurso), interpretado por Salvador F. Miró 2005 Coautor de las letras de la chirigota Los doctores Jekyll (tercer premio). Colabora en el romancero El Cura del Exorcista, interpretado por Paco Pérez Mesa. Letra del romancero Herodes, interpretado por Salvador Fdez. Miró. 2006 Parte de las letras de la chirigota Los pishas de Cádiz (semifinalista). Colabora en la letra del romancero Momá, quiero ser artista, interpretado por Paco Pérez Mesa (Concurso suspendido). Letra del romancero El regreso del Salvador, por Salvador Fdez. Miró. (Concurso suspendido) 2007 Coautor letras de la chirigota Los prejubilaos (segundo premio). Colabora en el romancero El enfermo, por Pérez Mesa (segundo premio). Letra del romancero Dios, por Salvador Fdez. Miró. (primer premio). Colaboración en la letra del romancero Morasinho, interpretado por Ignacio Córdoba y Hassan (fuera de concurso) 2008 Coautor letras de la chirigota Vueltecita gaditana (segundo accésit). Letra del romancero El solitario, por Pérez Mesa (primer premio) Letra del romancero La muerte, Salvador Fdez. Miró (segundo) 2009 Coautor letras de la chirigota Más pallá que pacá (6º clasificado). Colabora en el romancero La duquesa Cayetana se quedó con las ganas, interpretado por Paco Pérez Mesa (sin premio) Letra del romancero La máquina del tiempo, por Salvador Fdez. Miró (tercer premio). Guión y dirección del Pregón de Javier Ruibal 2010 Letra del romancero Il cavalieri trovato- re, por Paco Pérez Mesa (fuera de Concurso) 2011 Letra con Emilio Rosado y componente la chirigota callejera Los que ponen la primera y solamente la primera piedra. Varios cuplés de la chirigota callejera Bienvenido Mister Doce Letra del romancero Salva Tours, interpretado por Salvador Fdez. Miró. (fuera de Concurso) 2012 Letra del romancero El Gran Charly, interpretado por Salvador Fdez. Miró. (fuera de Concurso) Letra del romancero El síndrome de Peter Pan interpretado por Paco Pérez Mesa (fuera de Concurso) 2013 Guión, colaboración en textos y participación en el Pregón del Carnaval de Jorge Drexler 2019 Letra e interpretación del romancero El comisario Villarejo (fuera de Concurso)

1978. Componente del coro La guillotina (primer premio). Letra* de algunos tangos y cuplés 1979. Coro Los buhoneros (primer premio). Letra* de algunos tangos y cuplés 1980. Coro Los pequeños cantores del Viena (primer premio). Mayoría de letras* 1981. Letra de gran parte del coro La Corporación bajo mazas (cuarto premio) y romancero La viuda y compañía (primer premio) 1982. Componente de la chirigota Los cruzados mágicos (primer premio), letra* de algún pasodoble, cuplés y popurrí, salvo una cuarteta. 1983. Letra* de cuplés y popurrí de la chirigota Los cegatos con botas (segundo premio). Autor* y bombista de la chirigota Los peliculeros, fuera de Concurso 1984. Letra* de algunos cuplés de la chirigota Los llaveros solitarios (primer premio). Autor* y bombista de la chirigota Los pellejazos, fuera de Concurso 1985. Letra* de algunos cuplés de la chirigota Los carreros de la alianza (segundo premio). Autor* y bombista de la chirigota Los churreros de la guapa, fuera de Concurso 1986. Letra* de algún pasodoble, cuplés y gran parte del popurrí de la chirigota Los cubatas. Autor* y bombista de la chirigota Los morasos de la sultana de coco, callejera 1987. Autor* (música, con Juan Reixach) y bombista de la chirigota Autopista hacia Benalup, que desistió al final de ir al Concurso. En ese año, la chirigota lanza la idea de salir el domingo siguiente al de Piñata y es seguida por algunas agrupaciones. Nace el Carnaval Chiquito 1988. Varios cuplés de la chirigota Los conquistadores de la trastienda de Casa Crespo (tercer premio). Autor* y componente de la ca- llejera Los secuestradores de la pequeña Melodie 1989. Autor* (con J. Reixach) y bombista de la callejera La última tentación de la Pantoja 1990. Autor* (con J. Reixach) y bombista de la callejera La fallera Josefina y sus piconeros 1991. Con A. Matos, A. Alonso y P. Leal el repertorio y dirección del cuarteto Tres notas musicales, (primer premio). Emilio Rosado, varios cuplés. Pequeña colaboración en la callejera Las que se apuntan a un bombardeo 1992. Romancero El romance del ciego (sin premio). Participación en las callejeras ¿Las monjitas reposteras? y Seis ratas por habitante 1993. Letra* de gran parte de Los hijos secretos de Lola Flores, fuera de Concurso. Participa en el repertorio de la callejera Mocedades. Letra del romancero La historia de Cádiz hasta el siglo XIX, interpretado por Salvador Fdez. Miró y J. L. Cortés ‘El Chapi’ (primer premio) 1994. Letra* de gran parte de la chirigota Los volteretas, fuera de Concurso. Participa en el repertorio del cuarteto callejero Los números romanos 1995. Letra* de gran parte de la chirigota Los hermanos Brothers, fuera de concurso. Participa en el repertorio del cuarteto callejero con forillo Los ‘Marqueses’ (entre comillas). Letra e interpretación del romancero Moisés y los Diez Mandamientos, (primer premio). Participa en la letra del romancero Retrato en el retrete, interpretado por Paco Pérez Mesa y Gabi Peinado, (segundo premio). Letra del romancero Jeremías Thomas, (tercer premio), interpretado por Salvador y El Chapi. 1996. Letra* de gran parte del repertorio de la chirigota Los astronautas españoles, (Puesto 51 en el Concurso del Falla) 1997. Elabora el repertorio, con Matos y Mili, y dirige el cuarteto Ser o no ser (primer premio) 1998. Letra e intérprete del romancero Granja La Liberación, fuera de Concurso. Letra del romancero Enrique VIII y sus esposas (primer premio), interpretado por sus cuñados Manuel y Luis Padilla. Participación en

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ESPECIAL 10

2021

CARNAVAL

Coplas en papelilloy celuloide

El ciney, sobre todo, los libros, sehan acercadoal Carnaval desde todos los ángulos

ANDRÉS GARCÍA LATORRE  aglatorre@lavozdigital.es

Lo más sorprendente de la literatura es que se ha abordado el Carnaval desde todos los géneros, de la poesía a la novela CÁDIZ. El carnaval, como sucede con otras tantas, es un arte que aparece en otras artes. Así, no es extraño encontrar referencias a la fiesta por excelencia de Cádiz en el cine y, sobre todo en la lite- ratura. Cierto es que la mayor parte de las referencias que se encuentran en la pantalla y en el libro sobre el carnaval carecen del elemento de ficción y sue- len ser traslaciones más omenos perio- dísticas de lo que es la fiesta así. Pero hay algunas excepciones que han tratado el Carnaval deCádiz como un escenario en torno al cual se va desarrollando una tra- ma. En algunos casos, como sucede en la película de Fernando Colomo ‘Antes de la quema’, el Carnaval se convierte casi en un personaje más de la historia, que ayuda o entorpece a los protagonis- tas en sus aventuras. En otros casos, como en las novelas de Fernando Ma- cías, es el escenario perfecto para que la En la literatura, son numerosos los au- tores que se han atrevido a retratar el mundo el carnaval. Pero vamos a dar un pequeño salto y a comprobar si existía, en la literatura, Carnaval antes del Car- naval. Autores clásicos como Estrabón y, sobre todo, Marcial y Juvenal, nos po- nen sobre la pista de las ‘puellae gadita- nae’ (las niñas gaditanas), una suerte de bailarinas que acompañaban sus danzas y el tañer de pequeños instrumentos con canciones de carácter juguetón. Jue- gos del destino, las otras Niñas de Cádiz (el grupo formado por las hermanas Ló- pez Segovia) sacó una ilegal con el mis- mo nombre. Decir que lo que hacían nuestras paisanas en el siglo I era Car- naval es aventurado, pero siempre se puede emplear como argumento en una discusión sobre la fiesta. En un sentido parecido, están las can- ciones tradicionales del patrimonio oral gaditano. La catedrática Virtudes Atero historia, o el amor, discurran. El carnaval en la literatura

La figura de Juan Carlos Aragón ha sido llevada a los libros y a la gran pantalla. :: LA VOZ

chusma)’ y ‘El carnaval sin apellidos’ son dos ensayos en los que, con dos años de diferencia, ajusta cuentas, expía cul- pas ymatiza circunstancias del mundo del Carnaval. Y deja un sinfín de pistas sobre ese cosmos creativo que es Juan Carlos Aragón. También se llevó a la novela el Car- naval en la obra ‘El asesino de compar- sistas’, un libro que, en rigor, son tres. La trilogía arrancó en 2014 y se cerró en 2017. Su autor es el isleño FernandoMa- cías, que afirmó que hizo la novelas «que me hubiera gustado leer». Que nadie es- pere encontrar un género menor por- que se hable de Carnaval. El Carnaval es el escenario de una aventura negra en toda regla. No ha sido el único acer- camiento de este género al mundo del carnaval. Paco Sánchez Sampalo publi- có en 2016 ‘La maldición de los duros antiguos’, en el que un periodista es pro- tagonista en una suerte demisterios le- gados al Carnaval. Y David Monthiel publicó un añomás tarde ‘Carne deCar- naval’, en la que el aparente suicidio de un talentoso guitarrista de una compar- sa ofrece al buscavidas gaditano Rafael Bechiarelli la posibilidad de ganarse unos euros. Y es que de Carnaval sabe, ymu- cho, DavidMonthiel, que pronto publi-

trado en algún autor o temática en com- pleta. Haciendo lo que se conoce ahora como un ‘disclaimer’ (el clásico «no en- fadarse» del principio de una presenta- ción o la cuarteta de disculpa del final de un popurrí faltón) reconocemos des- de el inicio que la relación es incomple- ta y parcial, y que mucha obras no po- drán aparecer por falta de espacio y por la falta de pericia del autor. Empecemos fuerte. Uno de los hitos recientes en cuanto a la relación entre literatura yCarnaval ha sido la figura de Juan Carlos Aragón. El trístemente fa- llecido autor dejó cinco libros: ‘El paso- doble interminable’ (2017), ‘Los últi- mos versos del CapitánVeneno’ (2015), ‘El carnaval sin nombre’ (2012), ‘El car- naval sin apellidos’ (2010) y ‘La risa que me escondes’ (2010). En ‘El pasodoble interminable’ se alcanza uno de los mo- mentos de más unidad entre lo que es una novela y lo que es hablar de Carna- val, ya que se relata, como si de una aventura se tratara, el proceso creativo que conlleva una agrupación hasta que llega al Falla. Con un estilo sincero y gamberro, hace del mundo del Carna- val, a la vez, escenario y protagonista. Junto con esta novela, ‘El carnaval sin nombre (ni mayor el arte ni selecta la

en su exhaustivo ‘CancioneroGaditano’, refleja cómo el carnaval (al igual que el flamenco y las canciones navideñas) es unamanifestacióndel gusto por las com- posiciones lúdicas en esta tierra. El can- cionero deAtero recoge que lamayor par- te de las composiciones sonde amor y pí- caras, con unos remates y picardías que recuerdan en parte a lo que fueron los cuplés. Una de las composiciones, ora- les, que recoge, dice así: «Marco se casó enSegovia / era tuertoy jorobado, / cómo sería la novia / queMarco fue el engaña- do». Incluso alguno nos puede recordar a un cuplé del gran Juan Carlos Aragón «Si tu madre no me quiere / porque no tengo trabajo / que le pregunte a su hija / cuando la tengo debajo». Pero ya centrándonos en el Carnaval de Cádiz tal y como lo conocemos, ve- mos que hay decenas de libros que han tratado de explicarlo o que se han cen- Juan Carlos Aragón ha sido autor de cinco libros y el tema principal de una biografía y un documental

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