ESPECIAL CARNAVAL 2021 LA VOZ 21-02-2021

S U P L E M E N T O E S P E C I A L D O M I N G O 2 1 · 0 2 · 2 0 2 1

ESPECIAL 4

2021

CARNAVAL

Un Carnaval esencial para la Historia La suspensiónde lamayor fiesta tieneprecedentes peroningunoen los últimos 73años

Un viaje por la pandemia de 1918, la Guerra Civil, la Transición o el 23-F permite entender el papel del Carnaval como espejo de la sociedad de su tiempo :: LA VOZ CÁDIZ. El Carnaval de Cádiz es un es- pejo –a veces deformante, de feria, a ve- ces cristalino– de la realidad que le ro- dea. Un repaso a su trayectoria permite conocer, casi al detalle, cada aconteci- miento que se viviera en la sociedad en el año de cada edición... Incluso de las canceladas o aplazadas. Esta que vivimos no va a ser menos. Al contrario, va a ser más. Será un Car- naval que nadie va a olvidar. Todos los aficionados, autores, intérpretes, ar- tesanos, vecinos, todos, recordarán qué dejaron de hacer en aquel Carnaval de 2021, el que no se celebró. Probablemen- te, lamentarán, enmayor o menor gra- do, la copla que dejaron de escribir y can- tar, o escuchar, las actuaciones que se perdieron, los ratos de callejeras que nunca fueron, los encuentros con ami- gos que no llegaron, los ingresos que ja- más se produjeron. Será difícil olvidar, y también recordar sin pesar, el ya céle- bre ‘no-carnaval’ de 2021. Eso que los aficionados tienen me- nos motivo de queja que los adoradores de cualquier otra celebración tradicio- nal española. Los quemueren por su fe- ria o por la Semana Santa, por Sanfer- mines o por el Rocío van a vivir este año su segunda cancelación consecutiva. Tendrán en el recuerdo dos años sin su fiesta: 2020 y 2021. Sin embargo, los jar- tibles del Carnaval puede ser –habrá que esperar a la evolución de la enfermedad en la segunda mitad de 2021– que sólo se queden con la mitad de daño, con un año perdido: el presente. Los encajes del calendario festivo quisieron que el Car- naval de 2020 se celebrase completo, su Concurso, su calle, incluso suCarnaval Chiquito hace ahora un año. De hecho, esa última cita del tercer domingo de chirigotas al aire libre pue- de considerarse la última gran fiesta multitudinaria celebrada en España an- tes del imperio de la enfermedad. El pos- trero domingo de callejeras se vivió el 8 de marzo de 2020. Ese fin de sema- na se decretaba el confinamiento en el Norte de Italia. El lunes 9 de marzo, las imágenes de las calles, plazas y au- topistas desiertas enMilán oTurín crea- ron por primera vez el efecto de una pe- lícula de ciencia-ficción en nuestras ca- bezas. El virus, con corona, aún no re- corría las calles deCádiz porque los con- tagios aún tardarían pero el miedo era cuestión de horas. El sábado siguiente,

tor en Historia de la Ciencia de la Uni- versidad deCádiz, FranciscoHerrera Ro- dríguez, publicó en 1996 uno de los me- jores trabajos que se han hecho sobre el Cádiz de ese trágico episodio: ‘Inciden- cia social de la Gripe de 1918-1919 en la ciudad de Cádiz’. Este trabajo, publicado por la ‘Revis- ta de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias’ resulta asombroso en una lectura en el cotexto de la pande- mia vigente, en el Cádiz del siglo XXI, con el Carnaval de fondo. Las coinciden- cias, con un siglo de diferencia, permi- ten fijar la trascendencia de la mayor fiesta gaditana como termómetro y tes- tamento de la realidad social de cada época. En la página 462 de esta tesis, de este ensayo de impactante poder peda- gógico, FranciscoHerrera detalla por pri- mera vez la conexión de la epidemia y el Carnaval: «El Teatro Principal tam- bién fue motivo de polémica, ya que la prensa conservadora, entre otras cues- tiones reprochó al inspector provincial de sanidad no haber redomendado el cierre del mentado teatro, hecho que reconoce el propio Rodrigo Lavín [el ins- pector provincial] en el siguiente párra- fo: Es cierto, sí que mi plan sanitario de defensa contra la gripe adolece de algu- nos defectos y entre ellos el que consi- dera como máximo el ‘Diario Conser- vador, que es no haber informado a su tiempo y en sazón oportuna sobre la ne- cesidad de proceder al cierre del Teatro Principal por motivos sanitarios o im- pedido su apertura». Terrible paralelismo Cualquier lectura rescata los paralelis- mos que la celebración del Carnaval deja en la historia: la conveniencia de cerrar teatros e impedir concentraciones, los reproches de ciudadanos ymedios a las autoridades por hacerlo con retraso o no informar con claridad de la situación... Nada nuevo bajo el sol de febrero, aho- ra como en 1918. La tesis de Francisco Herrera ahonda en la celebración del Carnaval como es- pejo de la situación social, como suce- de hoy: «Como vemos, la convivencia diaria por diversas circunstancias (mie- do, normas, prohibiciones, lazaretos...) se ve alterada. También el divertimen- to que en Cádiz tiene un apogeo consi- derable con el Carnaval, va a tener sus de los 80 es el último gran hito social de una fiesta rebelde y visionaria El esplendor de la chirigota callejera, con protagonismo de la mujer, desdemediados

Majorettes y cabalgatas de las Fiestas Típicas, en una exposición en Diputación.

Hospital de campaña durante la mortífera epidemia de gripe de 1918 y 1919.

14 de marzo, el Gobierno decretaba el Estado de Alarma, se suspendía la acti- vidad docente, empezaban los cierres comerciales, las limitaciones de movi- lidad, el teletrabajo, el confinamiento... El resto es una historia que todos tene- mos presentes porque sigue en curso. Aquel Carnaval Chiquito fue la última celebración de la vida en común que tendríamos en mucho tiempo. El silencio El ‘no-carnaval’ que ha llegado tras un año de pandemia también será un refle- jo exacto de una etapa. La sociedad, casi todos los individuos, han cancelado un gran parte de sus vidas. El Concurso del Falla, las decenas de chirigotas calleje- ras, los disfraces, las cabalgatas, los ta- blaos, el resto del programa... Todo can- celado. Como los encuentros familia-

res, lamúsica en directo, la Navidad, los viajes, la Semana Santa, el cine, las va- caciones como las entendíamos, las ci- tas más comunes o el contacto entre se- res humanos. Así que el Carnaval es tes- tigo de esta situación. Cuando los his- toriadores revisen dentro de unas déca- das qué pasó aquel 2020 de la famosa pandemia, aquel Carnaval de 2021, en- contrarán la parálisis que también es un retrato fiel, exacto de la suspensión de la vida por la confirmación de la fra- gilidad humana. No es la primera vez que sucede pero sí la más grave. Si se incluyen las Fies- tas Típicas Gaditanas (el carnaval del Franquismo a final de primavera), no se había producido una paralización total desde 1947. La primera suspensión, par- cial, fue en 1919, con una situación lla- mativamente similar a la actual. El doc-

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