ESPECIAL PASIÓN EN CÓRDOBA 2020

Paso de la Soledad de San Buenaventura,

otra de sus obras más admiradas.

Debajo, el palio de la Virgen de los Dolores de Santa Cruz

JOSÉ GALIANA

ros se concluyeron dos años después. Pero al abordar la génesis del paso de los Estudiantes es necesario hacer un apunte: aquel diseño de Castilla pudo convertirse en el de- finitivo palio de la Macarena. La historia hay que enten- derla en la corriente —poco conocida— que quiso enterrar la memoria de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Pero ésa es otra historia… Armenta, en cualquier caso, aún no había terminado el vínculo con la cofradía de la Universidad. En 1968 alumbró bajo un diseño propio —sin desentonar del aire estético de la obra de Joaquín Castilla— la peana que remataba la orfebrería del fastuoso palio. De aquella primera época sevillana es también la coro- na de la Virgen de Gracia y Esperanza, realizada en 1947 en sustitución de la que había sido sustraída el año ante- rior en un sonado robo sacrílego en la parroquia de San Roque. La presea fue impuesta con el fasto de la época por el mismísimo cardenal Segura. 50 años después, aquella

de Bustillo, que entonces se llamaba Juan Cotarelo. Y allí acabaría abriendo su propio hogar. De ese taller trianero salieron sus primeros trabajos de resonancia. Mención especial merece la orfebrería del paso de la Virgen de la Angustia de la hermandad de los Estu- diantes, para la que también realizó la corona de salida. Armenta fue el encargado de materializar los diseños de Joaquín Castilla siguiendo esa estela regionalista que ha- bía hecho del arte renacentista y plateresco el vehículo para reinventar la estética de las cofradías. En 1946 llega- ron los varales y la inconfundible crestería, trabajando aún bajo el paraguas de la firma Argenta. Los respirade- Antes de marcharse a Sevilla había dejado el paso de la Virgen de los Dolores; después también realizó las coronas de la Virgen de la Esperanza y del Amor de San Basilio

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GARCÍA ARMENTA, SIN CAMBIAR DE ORILLA

PASIÓN EN CÓRDOBA