GURME MALAGA 6 VERANO 2023
REPORTAJE
Mollete La palabra mágica del desayuno malagueño. El anhelo de todo visitante y la tortura de todo lugareño que busca un auténtico mollete y habitualmente encuentra poco más que un bollo de pan de forma redonda u ovalada. Un pan muy hidratado y ligero que se debe tostar sólo por fuera para mantener su interior esponjoso y suave. Benaoján, Montejaque, Antequera o Archidona producen algunos de los más afamados.
Hotel Rural El Corte
Bar el Mercao
Pata (Jamón de) Aunque el jamón cocido industrial la ha susti- tuido en la mayoría de los lugares, en Málaga aún continúa viva la costumbre de servir patas de jamón de cerdo cocidas o asadas en lonchas. No hay color con los que se encuen- tra en los supermercados.
Lomo en manteca Probablemente sea el emblema de la “desa- yunería” malagueña. El lomo confitado en manteca de cerdo con pimentón – o sin en su variante “blanca” -, ajo, orégano, vinagre, sal y pimienta y diferentes especias según versiones. Conservado en la manteca de cerdo en lña que se confita y servido – caliente o frío – rellenando el pan.
Mechá (Carne) La carne mechada es un lomo de cerdo – habi- tualmente el cabezal – guisado con ajo, hier- bas y especias que se sirve frío cortado como fiambre o caliente en su salsa, rellenando diferentes panes. Una variante muy extendida es la que combina lonchas de esta carne con tortilla de patatas y mayonesa o alioli.
Bar El Roper
Hotel Rural El Corte
Pitufo / Viena El tamaño importa, desde luego. Y la principal decisión de que el cliente debe tomar en un bar malagueño, a la hora de determinar la parte sólida de su comanda, es sobre el tamaño de su desayuno: la clásica “viena”, el estereotipado bocadillo más o menos similar al que se sirve en cualquier otra parte del país, o el malagueñísimo pitufo, entre la mitad y un tercio del anterior, que permite un desayuno más ligero y combinable con otros elementos accesorios.
Rebaná o tostá Los más clásicos, sin embargo, optarán por la rebaná tostada. Especialmente en aquellos lugares que cuenten con panaderías tradi- cionales que siguen horneando sus panes catetos, de harina recia y masa compacta. No se ha inventado un pan mejor para untar mantecas, zurrapas, patés o, simplemente, para empaparlo en un buen aceite de oliva.
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