Mayores de Córdoba 2018 -1
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EXPERIENCIAS PERSONALES
Entrevista a Rafaela Molina Obrero, una fiel peregrina del Camino de Santiago
Una residente realiza el Camino de Santiago
Residencia Municipal Fernando Santos de Añora Rafaela Molina Obrero («Ra- falita» para los amigos) es una cordobesa nacida el 17 de mayo de 1933 en Adamuz, hace ya 84 años. Soltera y sin hijos, lleva viviendo en la Re- sidencia Municipal de Mayo- res Fernando Santos desde el 4 de octubre del pasado año. Desde muy joven, emigró a Amberes (Bélgica) donde es- tuvo 16 años trabajando de auxiliar en un hospital. Cuan- do su madre enfermó, se vol- vió a España para cuidarla. Comenzó a realizar el Ca- mino de Santiago en el año 1975 y, desde que ingresó en la Residencia, se ha estado preparando porque, desde el 2014, no lo hacía y lo ne- cesitaba. Este año, ha sido la décimo sexta vez que lo ha hecho. A continuación, una en- trevista realizada en el año 2017, primer año en el que estando en la Residencia hizo el Camino de Santiago. Este año, 2018, Rafaela lo ha vuelto a intentar y ha cumplido cuatro etapas del Camino; pero, para el 2019 se propone, de nuevo, poder alcanzarlo. —¿Cuántas veces has reali- zado el Camino de Santiago? —Creo que, con ésta, son ya 16. Empecé en el año 75, aunque fueron unas cuantas etapas, en esa ocasión no lo finalicé. Después, en las de-
más ocasiones, sí lo terminé. —¿Qué significa para ti el Camino de Santiago? ¿Qué te transmite? —Significa muchas cosas, principalmente, encontrar- me con Dios en la soledad del camino, por eso, lo hago de noche, me levanto a las 04:00 de la madrugada. Y ahí estoy yo sola con mis pensamien- tos y mis oraciones. Cuando lo termino, me siento más
de Saint-Jean-Pied-de-Port a Roncesvalles. Soy una ena- morada de los paisajes na- turales y las montañas son espectaculares. —¿Quién crees que puede hacer el camino? ¿Se hace sólo por fe o hay más moti- vaciones? —Mi motivación para hacer el camino es la fe, aunque reconozco que hay muchas personas que van por otros motivos. Los hay que van a descubrirse a sí mismos, los hay que van a vivir la expe- riencia del camino como de- porte, los hay que hacen el camino como promesa, para intentar dejar adicciones. —¿Crees que hay que prepa- rarse para hacer el camino o no lo ves necesario? —Por supuesto que hay que prepararse. Yo antes me pre- paraba en Córdoba, hacía mi ruta y cuando veía que esta- ba preparada, me iba a hacer el camino. Ahora, desde que estoy en la Residencia, me sigo preparando igualmente.
Todo el esfuerzo merece la pena cuando se llega al Mon- te do Gozo desde donde se vislumbra Santiago. —¿Por qué decidiste hacer, en esta ocasión, el camino? —Porque esta vez creía que no lo conseguiría, pero no me quería quedar con la duda. Antes hacía el cami- no en apenas una semana. Este año, me ha costado, lo reconozco, pero lo he logra- do: “Yes, I can”. Para el año que viene, si Dios quiere, volveré, ya estoy preparán- dome. —Por último, Rafalita, ¿cómo te encuentras en la Residencia Fernando San- tos? —Cuando vine por primera vez a Añora estaba un poco preocupada porque no co- nocía el pueblo ni mucho menos la Residencia. A día de hoy, puedo decir que el destino me ha tratado muy bien. En cuanto a cómo me encuentro en la Residencia me siento como en casa.
Este año ha cumplido 4 etapas. El año que viene volverá a intentarlo
fuerte, aunque también más cansada, porque una cosa no quita la otra. La fortaleza la llevo en mi interior. —¿Cuál es tu etapa favorita o en la que más hayas dis- frutado y por qué? —La etapa del Pirineo que va
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