Quien es Quien Sevilla 2023

Juan Pérez Gálvez Director general de San Telmo Business School

13 Formación, educación y escuelas de negocio

El nuevo modelo educativo debe abordar la brecha de habilidades, la automatización del trabajo, la globalización y la necesidad de una formación continua

Un cambio de era para el sector de la formación

suministro, fabricación y consumo son ejemplos de ello. Las instituciones for- mativas deben trabajar en colaboración y compartir experiencias a nivel glo- bal para comprender y adaptarse a es- tas tendencias de cambio en diferentes partes del mundo. En este escenario, la formación debe ser abierta, de alta calidad y aportar un valor significativo para descubrir y orientar en lo desconocido, contri- buyendo a la construcción de un nue- vo mundo global. Para lograr esto, las instituciones formativas deben invertir en desarrollar a su cuerpo docente y en tecnología, de manera que la formación no se limite a meros webinars o confe- rencias en línea, sino que se pueda lo- grar una verdadera «presencialidad en la distancia», como lo denominamos en San Telmo Business School. Asimismo, es necesario que las ins- tituciones formativas ofrezcan una va- riedad de especialidades para abordar todos los desafíos actuales y futuros. Estos desafíos incluyen la brecha de habilidades, la automatización del tra- bajo, la globalización y la necesidad de una formación continua a lo largo de la vida. Nuevas habilidades La brecha de habilidades se ha conver- tido en un problema importante enmu- chos países. A medida que el mundo se vuelve más tecnológico y globalizado, la demanda de habilidades específicas está cambiando rápidamente. Existe una necesidad urgente de abordar esta brecha mediante la actualización y el desarrollo de habilidades relevantes para el siglo XXI. Además, es funda- mental fomentar habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad y la colabora- ción, que son altamente valoradas en el mercado laboral actual. En este sentido, San Telmo Business School lleva algo de ventaja, dado que trabajamos desde hace más de 40 años innovando en el diseño y actualización permanente de los contenidos para la formación de la alta dirección, al tiem- po que incorporamos a nuestras aulas las tecnologías más punteras que nos permiten llegar a muchos más rinco- nes del mundo. Y todo ello gracias al

en sus campos y adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral. Para lograr una transformación efec- tiva en el modelo educativo, necesita- mos una nueva mentalidad y enfoque por parte de las instituciones formati- vas. Esto implica un cambio en la forma en que se enseña y se evalúa, fomentan- do la participación activa de los estu- diantes, la colaboración, la creatividad y el pensamiento crítico. Además, las ins- tituciones debenmantenerse al tanto de las tendencias y avances tecnológicos, utilizando herramientas y recursos in- novadores para mejorar la experiencia de aprendizaje. La colaboración, esencial Sin duda, la colaboración entre diferentes actores es esencial en la transformación del modelo educativo. Las instituciones formativas deben trabajar en estrecha colaboración con empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para entender las necesidades del mercado laboral y adaptar su oferta formativa en consecuencia. Asimismo, es importante involucrar a los estudiantes y a la comu- nidad educativa en la toma de decisiones, fomentando una cultura de participación y empoderamiento. En conclusión, el nuevo modelo edu- cativo debe abordar los desafíos actua- les y futuros a los que nos enfrentamos, como la brecha de habilidades, la auto- matización del trabajo, la globalización y la necesidad de una formación continua a lo largo de la vida. Como dice el lema de San Telmo Business School: «Mejo- res personas, mejores empresas, mejor sociedad». Este enfoque se basa en la idea de que, al mejorar la formación y el desarrollo de las personas, se logra una influencia positiva en todos los ámbi- tos, no solo en las empresas, sino tam- bién en las organizaciones, la sociedad política y, en general, en nuestra socie- dad en su conjunto. El desafío actual de la formación es lograr este objetivo de transformación positiva. Al invertir en la educación y el crecimiento personal, po- demos crear individuos más capacitados y éticos, lo cual implica un cambio cultu- ral y una mayor permeabilidad de estos valores en todos los niveles y sectores de la sociedad, con el fin de construir una sociedad más justa y próspera.

Juan Pérez Gálvez Director general de San Telmo Business School

E n el panorama actual, nos encontramos en medio de un cambio de era en todos los modelos educativos, adaptándonos a diferentes generaciones y perfiles. Estamos atravesando cambios signi- ficativos en el mundo, que afectarán a todos los aspectos de los negocios, las profesiones y la for- mación. Este cambio incluye desafíos como el nue- vo orden geopolítico, que tendrá un impacto en la configuración del mundo y en cómo nos des- envolvemos en él. Además, la sostenibilidad y el medio ambiente están adquiriendo una im- portancia cada vez mayor en la agenda política y gubernamental, evidenciando la necesidad de replantear los modelos de producción y estilo de vida en consideración de los recursos limitados del planeta y del cambio climático. Estos desa- fíos son únicos y requieren que las instituciones formativas ayuden a las personas de diferentes generaciones y responsabilidades a construir un nuevo mundo. Por otro lado, nos enfrentamos a tensiones en un mundo caracterizado por desigualdades, re- tos demográficos y una esperanza de vida cada vez mayor, lo que da lugar a la coexistencia de varias generaciones en diferentes ámbitos de la vida, incluyendo el familiar, empresarial y for- mativo. Por lo tanto, es fundamental comenzar a desarrollar habilidades en las personas desde temprana edad, promoviendo criterio, capacidad de investigación, interpretación, innovación y apertura a nuevas formas y descubrimientos. Este escenario se ve acentuado por la cuarta revolución industrial, en la que las nuevas tec- nologías están acelerando cambios significa- tivos. La eliminación de barreras geográficas y la reconfiguración de los modelos de cadena de

conocimiento del tejido empresarial y la cercanía con los empresarios y di- rectivos, que nos facilita adelantarnos en muchos casos a las tendencias que están por llegar. Esto nos ha permitido consolidar nuestro modelo formativo desde la innovación y con una visión de futuro, que favorece el desarrollo de las habilidades directivas y el arte de la toma de decisiones empresariales. Es crucial que la formación se adapte a esta realidad, preparando a las per- sonas para trabajos que requieran ha- bilidades más complejas y no sean fá- cilmente automatizables. Esto implica centrarse en habilidades como la inteli- gencia emocional, la gestión del cambio y la capacidad de aprendizaje adaptati- vo, que son difíciles de reemplazar por robots y tecnología. Por último, es importante reconocer que la formación no se limita a una eta- pa específica de la vida, sino que debe ser un proceso continuo a lo largo de toda la vida. El aprendizaje no termina con la educación formal, sino que debe continuar a medida que se desarrollan nuevas habilidades y se enfrentan nue- vos desafíos. Las instituciones forma- tivas deben apoyar la formación con- tinua y proporcionar oportunidades de desarrollo profesional a lo largo de la carrera de las personas, permitiéndo- les mantenerse al día con los cambios

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