Sevilla. Taller de Mayores 5. 24-10-2017

24 de octubre de 2017 Número 5

Un siglo de vida , un siglo de historia

En 100 años que tengo he visto y vivido muchas cosas, para escribir un libro

REMEDIOS ROLDÁN DAZA Residencia de Mayores Cristo Rey

Mi nombre es Remedios Roldán Daza y el 17 de enero cumplí 100 años. Nací en 1917 y en 100 años que tengo he visto y he vivido muchas cosas, tantas como para escribir un libro. Desde hace un tiempo vivo en la Re- sidencia de Mayores Cristo Rey de Pilas, pero soy de Benacazón, un pueblo de Se- villa. De pequeña vivía en el campo por- que mi padre trabajaba en la conserva- ción de las vías del tren y mi madre era quien lo recibía en la estación y echaba las barreras en los pasos a nivel. Allí en el campo jugaba mucho con otros niños, vecinos de los campos de los alrededores. Nos juntábamos todos y jugábamos al escondite, a la piola... y re- cuerdo que con una tiza saltábamos en el palo de un telégrafo a ver quién con- seguía llegar más alto. Yo siempre era la que ganaba. En el campo vivíamos muy tranquilos, teníamos una radio donde escuchába- mos las noticias, las radionovelas y las coplas de aquellos tiempos. No teníamos televisión, ninguna familia tenía televi- sión en casa y tampoco nos hacía falta, porque nos divertíamos y jugábamos más que ahora. En casa éramos tres hermanos. Yo fui la mayor, después nació mi herma- na, que falleció hace unos 15 años, y luego mi hermano, que nació siendo yo mayorcita, ya que tenía 10 años, pero enfermó siendo pequeño y murió con unos tres añitos. La vida desde entonces ha cambiado

milia no fue tan malo. Teníamos gallinas, dos cabras y conejos, por lo que no pasa- mos hambre y, por suerte, de mi familia no murió nadie, así que, aunque fue muy duro, hubo familias que lo pasaron peor. Cuando la guerra terminó conocí a mi marido, con el que me casé poco tiem- po después. No tuvimos hijos y él murió joven. Yo tenía 52 años cuando enviudé, por lo que tuve que trabajar duro para sacar mi casa adelante. Puse un taller de costura de hombre, y de esa forma hacía lo que me gustaba y ganaba mi dinerito. Esos años también fueron tranquilos y felices. Tenía varias mujeres cosiendo en el taller, me gustaba trabajar y todo iba bien. Ahora, aquí en la residencia vivo muy bien, tranquila y me siento orgullosa de mi vida, de haber visto tantas cosas, de haberlas vivido. Estoy muy agradecida a todos los que cuidan de mí y me ayudan, y espero poder seguir cumpliendo años junto a todos y junto a mi familia.

mucho, parece que se ha puesto del re- vés, boca abajo, todo es distinto y todo ha cambiado. Hay cosas que han mejorado y otras muchas que están peor. Recuerdo la tranquilidad de entonces, la seguridad con la que se vivía. Fíjate si era así, que nosotros no teníamos ni re- jas ni cerrojos en casa. Mi hermana y yo poníamos las almohadas en la ventana cuando era verano y allí dormíamos al fresquito. Vivíamos sin miedo y felices. Ahora todo el mundo vive con prisas y sin tiempo para nada, corriendo siempre de un sitio a otro. Aunque es verdad que la seguridad se acabó cuando empezó la Guerra Civil. Yo tenía 19 años y, ante lo que estaba ocu- rriendo, mis padres decidieron comprar una casa en el pueblo y dejar el campo, porque en la radio anunciaban los peli- gros que se vivían. Recuerdo los años de la guerra comomomentos duros. Se pasó hambre, murieron muchas personas y se vivía con mucho miedo, pero para mi fa-

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