Cross-EF
su contexto más próximo, por lo que abarca elementos como el apoyo social, integración, participación comunitaria, calidad en las relaciones interpersonales. En cuanto a la salud cognitiva , se vincula al cerebro y las funciones cognitivas, como el pensamiento crítico, la capacidad de aprendizaje, memoria, atención y toma de decisiones. Finalmente, la salud emocional alude al bienestar psicológico del alumnado, abarcando aspectos como la gestión emocional, autoestima, empatía, resiliencia y manejo del estrés. En relación con estas dimensiones, podemos destacar tres perspectivas o modelos de salud que deben abordarse de forma holística a través de la EF: biomédica, psicoeducativa y sociocrítica (Devís-Devís et al., 2000). Tradicionalmente ha habido una fuerte vinculación de la EF con la perspectiva biomédica; aquella que hace referencia a un concepto de salud relacionado con la prevención de la enfermedad, el funcionamiento del cuerpo, y los efectos de la AF. Con respecto a la corriente psicoeducativa, hace referencia a contribuir a desarrollar la responsabilidad individual de las personas, de manera que escojan la práctica de la actividad desde su motivación intrínseca. Finalmente, la sociocrítica, pasa a integrar acciones individuales y sociales para construir a ambientes saludables, siendo críticos con facilitar que todos los estudiantes practiquen actividad independientemente de su forma física o corporal. Por consiguiente, parece conveniente proporcionar aprendizajes a nuestros estudiantes referentes a esas tres perspectivas. Con todos estos aspectos a considerar, parece quedar claro que la visión que se ha de aportar desde la EF no puede centrarse únicamente en mejorar niveles de condición o AF durante sesiones o intervenciones puntuales; si no contribuir a desarrollar identidades activas para que integren comportamientos relacionados con la promoción (más que prevención) de la salud. Esto es precisamente lo que Antonovsky (1996) trata de desarrollar la Teoría de la Salutogénesis. Una teoría vinculada a la promoción de la salud pública y comunitaria a través de la cual las personas comprendan la importancia de adquirir e incorporar hábitos de vida saludable en el transcurso de su vida, promocionando esas identidades activas y saludables. Para ello, movilizar recursos determinantes de la salud (Dahlgren y Whitehead, 2021) a diferentes niveles sociales, puede contribuir a que dicha promoción sea más efectiva y eficiente. Por ejemplo: ¿no podría ayudar a las personas integrar conductas en las que le acompañen familiares o amigos?, ¿no facilitaría la práctica de ciertas acciones el hecho de tener recursos espaciales y materiales para realizarlas?, ¿o no ayudaría el apoyo institucional de manera que se hagan políticas que favorezcan que la población desarrolle esas conductas saludables? No obstante, como docentes no podemos influir directamente en todos los determinantes existentes. Nuestra labor debe ser la de coordinarnos con diferentes estamentos o agentes sociales como: tutores de centro, otros departamentos didácticos, familias o asociaciones
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EL QUÉ Y PARA QUÉ
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