ESPECIAL 90 ANIVERSARIO ABC SEVILLA 12-10-2019

LUIS URUÑUELA Alcalde de Sevilla Salvada de sí misma

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ABCdesevilla.es 12 octubre 2019

HEMEROTECA ABC

Los cuatro grupos del Ayuntamiento imponen la derogación por un año del Plan de Reforma Interior del Casco Antiguo (Prica) y la suspensión de licencias de nuevos derribos de casas 1979 28 JUNIO

COMO PRIMER ALCALDE DE LA DEMOCRACIA, FRENÓ EL PROCESO AUTODESTRUCTIVO QUE ARRASÓ CON PARTE DEL CASERÍO HISTÓRICO

POR IGNACIO CAMACHO

Luis Uruñuela recibe el bastón de mando de la Alcaldía en abril de 1979

ÁNGEL DOBLADO

C UANCO el abogado Luis Uruñuela Fernández tomó posesión, en abril de 1979, como primer alcalde democráti- co de Sevilla desde la II República, en las arcas del Ayuntamiento no había una peseta para pagar los servicios más elementales de una ciudad que avanzaba al trantrán por los albores del nuevo régimen. A la Alcaldía lo llevó una arriesgada jugada de Rojas Marcos, que en las negociaciones de los pactos de izquierda la intercambió con las de Huelva y Granada en una decisión que acabaría costando muy cara al Partido Andalucista, aún denominado PSA. Uruñuela encabezaba una coalición con el PCE y un PSOE cuyo candidato, Antonio Rodríguez Almodóvar, nunca digirió bien aquel intercam- bio de sillones que lo dejó sin cumplir su sueño. Fue un mandato difícil, cuesta arriba, contra toda clase de dificultades políticas, financieras y sociales, y contra las zancadillas internas que los socialistas ponían desde dentro de la Corporación, y desde fuera, de la Diputación Provincial. Bastaron esos cuatro años para que Uruñuela pasase a la historia sevillana como lo que es: un señor. Un hombre de indiscutida elegancia personal y moral, moderado, discreto, concilia- dor, responsable. Su medida más determinante, la paralización cautelar de los derribos en el casco histórico –propuesta por el delegado de Urbanismo, Víctor Pérez Ecolano– le costó la enemiga de los sectores empresariales y la derecha económica, pero supuso el fin de la destrucción paisajística que asolaba el centro

desde los años sesenta. Vivió años convulsos en los que el principal objetivo era la modernización de una Administración local con enormes

restricciones presupuestarias. Se reformó la estructura municipal, base del actual modelo; se reordenaron competencias y se acometió una imprescindible renovación de servicios públicos, con suerte diversa. De esa etapa parte también el modelo vigente de la Feria –tras el fracaso de un primer ensayo populista que pasó a la historia bautizada como la «Feria de las lechugas»– y del funcionamiento institucional de la Semana Santa, y el impulso al proyecto de Sevilla Este, entonces llamado Polígono Aeropuerto. La falta de dinero y de apoyo gubernamental dejó en testimonial el intento de reactivar las obras del Metro. En los años 80, Uruñuela tuvo que involucrar- se en las cuitas del PA, siempre en perpetua reconstrucción de sí mismo. Ejerció como parlamentario andaluz –también fue breve diputado en el Congreso en 1979– y secretario general de un partido que en cada cita electoral se veía obligado a recomenzar desde abajo como en el mito de Sísifo. Las querellas intestinas lo superaron: iban contra su estilo y su noble concepto del oficio político. Como empresario, el Centro de Nuevas Profesiones que creó junto a Nicolás Valero dejó impronta en varias generaciones de periodistas y profesionales del turismo. Y como alcalde le queda el mérito, esencial aunque mal reconoci- do, de haber salvado a la ciudad histórica de su vértigo autodestructivo.

VIDAS DE PAPEL

15/2/1980

Luis Uruñuela, de visita de inspección de las plazas de abastos: increpado en Marqués de Pickman por los comerciantes

ambulantes y regalado (corbata de obsequio) en Triana 90 AÑOS DE ABC DE SEVILLA

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