MANUAL GERENCIA DE PROYECTOS DE LA CONTRSUCCIÓN

MANUAL GERENCIA DE PROYECTOS DE LA CONSTRUCCIÓN

Por lo tanto, la primera cuestión antes de identificar los riesgos será identificar, analizar y seleccionar toda la documentación que aporte valor al proceso.

Las siguientes fases del procedimiento de gestión de riesgos consisten en cualificar y cuantificar los mismos. En la primera, y una vez identificados los riesgos, deberemos ubicar y categorizar los riesgos atendiendo a criterios anteriormente mencionados, como la probabilidad de que el riesgo suceda y el impacto del mismo sobre los objetivos. Una vez realizado el análisis cualitativo se puede proceder a dar prioridad a unos sobre otros con el fin de poder realizar una correcta gestión de los mismos. Para su cualificación se emplearan las herramientas descritas en el plan de gestión de riesgo, pudiendo optar por realizar una cualificación global o una cualificación divida según los diferentes objetivos de costes, tiempo, calidad. Posteriormente a la cualificación de los riesgos, y en cierta medida paralela a la misma, es necesario cuantificar los riesgos de manera numérica. En el punto anterior se realizaba una categorización de los riesgos definiendo la probabilidad y su grado de impacto sobre los objetivos. Para ver el alcance final del riesgo hay que valorarlo respecto al grado de impacto para determinar el efecto parcial o global sobre el objetivo del proyecto. El valor cuantificado de los riesgos nos permite disponer de información en un marco de trabajo que se corresponde a la disposición más optimista de que algo suceda, la visión más pesimista sobre el mismo acontecimiento o la situación más esperable para el mismo. Sobre una actividad concreta según su tiempo de duración podemos obtener el tiempo más temprano de que la actividad se lleve a cabo, el tiempo más pesimista si los riesgos negativos identificados y cuantificados realmente suceden, o la duración más probable de la actividad. Finalmente, y una vez definidos correcta y detalladamente los riesgos se deberá procede a la planificación de la respuesta a los mismo de manera que tengamos preparada la salida al mismo. Teniendo en cuenta que los riesgos pueden ser negativos o positivos deberemos dar respuesta diferente a unos y otros.

En el caso de los riesgos negativos considerándolos como amenazas al proyecto podremos optar por algunas de las siguientes opciones.

Evitar el riesgo lo que supone modificar el proyecto con el fin de que este riesgo se elimine por completo.

En caso de no poder evitarlo, podemos optar por transferirlo, de manera que no se elimina pero se transfiere a un tercero que deberá asumirlo. La transparencia adoptando esta respuesta puede ser fundamental pero eliminar riesgos derivados por una toma de decisión errónea.

En caso de no poder eliminar o transferir deberemos ser capaces de poder mitigar la probabilidad de que suceda o su impacto en los objetivos del proyecto.

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