La iniciación a los deportes individuales: el Modelo Ludotécnico y sus posibilidades
2. Deportes individuales en el contexto educativo Son muchas las definiciones contempladas en la literatura científica sobre lo que se considera o no como deporte individual (Batalla y Martínez, 2002; Valero y Gómez-Mármol, 2016). Para este capítulo se ha querido destacar la propuesta por Giménez (1999), quien concibió el deporte individual como una modalidad deportiva que se practica sin compañeros. Esta clasificación deportiva se caracteriza, frecuentemente, por el uso de aparatos para su práctica, teniendo la correcta ejecución de gestos técnicos específicos y el nivel de desarrollo de las capacidades físicas una gran relevancia en el resultado (Giménez, 1999). Esta definición concuerda con la de otros expertos como la de Antón (1989) que entendía este tipo de deportes como actividades de carácter psicomotriz, en las que la incertidumbre en su realización solo puede provenir de un adversario directo o del medio y el espacio en el que se desarrolla. Una definición posterior es la de Ruiz (2012), en consonancia con las ya comentadas, que clasifica los deportes individuales como aquellos en los que el participante está solo en el espacio y afronta una situación motriz mediante autosuperación. Es importante, a la hora de enseñar un deporte individual, tener de referencia taxonomías generales como las de Parlebas (1988) o Hernández (1994) que clasifican los juegos deportivos según la incertidumbre que aporta a la práctica la interacción con los compañeros, con los adversarios o con el entorno/medio. Aunque ya se ha reflejado que la incertidumbre no puede provenir del compañero en los deportes individuales (por su ausencia), sí procede analizar si existe o no incertidumbre y cuál es su procedencia, ya que es una de las condiciones que se deben considerar para proceder adecuadamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado. De este modo, según Valero y Gómez-Mármol (2016), las características que presentan los deportes individuales de medio fijo son: a) una estructura temporal estable conocida por el deportista; b) escasa exigencia de los mecanismos de percepción de los deportistas; y c) un alto grado de objetividad en los sistemas de valoración de resultados. Mientras tanto, los deportes individuales de medio variable se caracterizan por: a) presentan una baja organización; b) la actividad es acompañada del factor riesgo y aventura; c) adquieren gran importancia los mecanismos de percepción y toma de decisiones; y d) un gran componente motivacional originado por el factor de riesgo y aventura. La técnica es otro pilar fundamental en la enseñanza de los deportes individuales, pudiendo ser entendida como la fase visible de la acción del deporte (Sampedro, 1999). Gran parte del resultado recae en la ejecución de la técnica por parte de los aprendices por lo que su dominio es vital para la práctica adecuada del deporte (Sebastiani, 1999). En relación con los aspectos reglamentarios comunes entre este tipo de deportes, Valero y Gómez-Mármol (2016) destacan algunos como: a) aspectos espaciales; b) aspectos temporales; c) limitaciones técnicas; d) ponderaciones en los materiales de competición; e) aspectos comunes sobre los sistemas de puntuación y resultado con medidas objetivas o subjetivas dependiendo del deporte; y f) la disciplina. Según la concepción de Sampedro (1999), la táctica se define como la resultante de la combinación de recursos motrices con el propósito de resolver situaciones de juego en un contexto competitivo. Por ende, resultaría superfluo destinar tiempo al proceso de enseñanza- aprendizaje de la táctica en todos los deportes individuales (incluso aunque la presencia de un oponente no genere incertidumbre). En la mayoría de los deportes individuales, la táctica se limita a la toma de decisiones
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