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SONETO PICANTE

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Candela se desprende de tu boca,

cuando prende de fuego mi secreto,

es de aliento y tersura que la meto,

en suave vaivén que te vuelve loca,

y tú, pura y rígida como roca,

no leas ni escuches este soneto,

si tu agravio es decoro tan repleto,

si tu hojaldre es seco sino se toca;

ni es mi orgullo cargar gracia en carroza,

cuando aquí con mi alondra se disfruta…

Más que al jolgorio, nuestra carne goza,

al silencio de una alcoba en regazo,

del fuego en chimenea, y alguna fruta,

donde no hay orden al placer, ni plazo.