119 / 130
¿AMISTADES?
119
A veces se miran y no se hablan;
son aprecios que mueren con los años,
de esa vanidad que nos hace extraños,
de
aciago parecer duro a perdonar,
cuando el viento conduce con fuerte ira,
y traidora amistad abre su puerta;
del boca a boca, la maldad despierta,
si es semilla que tanto gusta llevar.
Te di mil razones para tu dicha,
y tan solo una erró de mi inocencia;
gran herida que colma tu paciencia,
que no digiere tu vientre en su yantar,
y aquel, siempre lisiando tu talante,
quien a provecho te invitó a su cena,
ahora es el cristo de tu condena…
Siempre alabado, y su imagen en tu altar.
No es mejor tanta devoción superflua;
a veces solo, el pensar es recato,
fijando hora de hacer maleta y trato,
para abordar estación y mejor tren;
porque solo una orden dicta bondades,
cual nunca se alimenta de materia,
sino en buena fábula vieja y seria,
o verdad de hacer bien sin mirar a quién…